¿Sientes un fuerte dolor en la penetración? ¿Has llegado a querer evitar ese momento por ese motivo? ¿El coito te genera muchísimo malestar? ¿En vez de placer en la penetración sientes dolor?
Más allá del placer que se obtenga en una relación sexual, el dolor o la imposibilidad de penetración limita las relaciones sexuales y es percibido como algo «no común» en lo que respecta a las relaciones sexuales con penetración.
Las parejas acostumbran a darse un tiempo e intentan resolver la situación sin acudir a ningún especialista. A menudo es la voluntad de tener hijos la que marca el punto en que se pide ayuda profesional o un dolor tan excesivo que afecta a la relación de pareja a nivel afectivo y no solamente sexual.
Se engloban en el trastorno de dolor génito-pélvico/penetración aquellas mujeres que sufren dolor vulvovaginal o pélvico en la penetración y aquellas en que la tensión y contracción vaginal involuntaria imposibilita la penetración.
En este sentido, podemos estar hablando tanto de Vaginismo como de Dispareunia. Por ello, es importante diferenciar ambos conceptos, grosso modo para entender de qué trata cada uno de ellos, ya que, suele haber mucha confusión entre estas dos dificultades.
Diferencia entre Vaginismo y Dispareunia
Cuando estamos hablando de vaginismo, consiste en una dificultad o imposibilidad de realizar el coito a causa de ciertas contracciones no voluntarias de los músculos del tercio inferior en la vagina.
En cambio, cuando hablamos de dispareunia, a pesar de englobarse dentro de la misma categoría, estamos hablando de un fuerte dolor en la penetración. Ambos casos, no tienen por qué presentarse de manera conjunta y, es importante tener este dato en cuenta, ya que no reciben exactamente el mismo tipo de tratamiento.
Además, también es importante diferenciar ambos conceptos con un bajo deseo sexual. Es decir, tanto el vaginismo como la dispareunia, no tiene por qué implicar ausencia de deseo o excitación.
De hecho, cuando descentralizamos el coito como única práctica sexual, las personas que sufren estas disfunciones pueden obtener muchísimo placer y disfrutar de la estimulación y alcanzar orgasmos sin dificultades.
El trastorno según el DSM-5
Según el DSM-5, el trastorno de dolor génito-pélvico/penetración, se refiere a cuatro dimensiones que a menudo presentan comorbilidad entre ellas:
- 1. Dificultades para mantener relaciones sexuales.
- 2. Dolor génito-pélvico.
- 3. Temor al dolor o la penetración vaginal.
- 4. Tensión en los músculos del suelo pélvico.
También es importante, antes que nada, poder descartar, en el diagnóstico de dispareunia y vaginismo causas físicas a partir de una revisión, exploración por parte de ginecología o fisiosexología especializada en suelo pélvico.
Clasificación de la dispareunia
Podemos clasificar la dispareunia según la localización del dolor y su relación con el coito:
Según la localización
- Superficial: El dolor se siente a nivel vulvar
- Vaginal: Dolor a lo largo del canal vagina.
- Profunda: El dolor se siente como consecuencia de los empujes de la penetración
Según la relación con el coito
- De entrada: El dolor se produce básicamente en el primer momento.
- Durante el coito: El dolor se inicia con la entrada y se mantiene durante todo el coito.
- Posterior: El dolor se mantiene, junto a escozor al finalizar el coito.
El dolor y la dificultad en la penetración son problemas que afectan muchísimo a las personas que lo padecen. Se han empleado diversos tratamientos desde la terapia psicoanalítica hasta el uso de fármacos como ansiolíticos, la psicoeducación y las tareas para casa.
Tratamiento para la Dispareunia
La terapia sexual basada en la desensibilización sistemática es la elección más habitual. Un esquema básico de este enfoque de orientación cognitivo-conductual seguiría los siguientes pasos, adaptado a la gravedad o el tipo de trastorno e idiosincrasia de cada caso.
El objetivo final debe ir más allá de la capacidad mecánica de penetración, dado que se busca ayudar a la persona que sufre dispareunia a sentirse más cómoda en relación a sus genitales y que la penetración deje de ser una situación aversiva para ella.
Además, también es importante observar que el coito-centrismo está muy presente en las relaciones sexuales actualmente. Es decir, creemos que la única fuente de placer absoluto o que, el sexo “completo” se abarca con la finalidad de la penetración. Cuando, el placer debe ser la finalidad del camino, no un destino.
¿Qué tipo de tratamientos pueden ayudar a reducir o eliminar la dispareunia?
En este caso, es primordial entender que, siempre se debe acompañar de una especialista en sexología y, mucho mejor, si lo acompañamos de especialistas en suelo pélvico. Y para ello, será importante poder seguir los siguientes pasos.
Autoconocimiento y aceptación
Puede ocurrir que, ya sea por causa o consecuencia de la Dispareunia, la persona sienta rechazo, incomodidad o falta de conocimiento en sus genitales. Es por ello que, es importante poder explorar toda la zona genital.
Para ello, puedes ayudarte con un espejo y así observar, sin juicio, esa parte de tu cuerpo para poder reconciliarte con ella, de alguna manera.
Además, puedes acompañar esta exploración con ejercicios de Kegel para poder entender todo el funcionamiento interno de los genitales y aprender a relajar y contraer los músculos vaginales de manera voluntaria.
Desensibilización sistemática
La desensibilización sistemática consiste principalmente en ir, de manera progresiva, acercándose a la penetración poco a poco. En un lugar cómodo y relajante, acompañándote con técnicas de respiración diafragmática, poder ir tanteando toda la zona vaginal.
Empezando por las zonas exteriores hasta que, poco a poco, podamos ir introduciendo los dedos en la vagina, siempre y cuando, esta esté relajada.
De esta manera, la propia persona decide los pasos poco a poco y de manera progresiva hasta llegar a sentir una gran relajación e incluso, empezar a sentir placer al tener penetración ya sea a través de sus propios dedos o con la ayuda de algún dildo.
Desensibilización sistemática en caso de tener pareja
En este caso, podemos observas ciertas en relación a la desensibilización sistemática individual. En el caso de tener pareja, puede ser muy útil aplicar la focalización sensorial para ayudar a la pareja a crear ambientes eróticos en los que el coito no sea el objetivo final de la relación sexual.
Es importante tener en cuenta que, cuando hablamos de relaciones sexuales, implica todo el proceso que conlleva al placer, no centrándonos únicamente en la penetración.
Facilitación Coital
En este punto, valoramos las fases mencionadas anteriormente. Es decir, evaluamos y si hemos superado y consolidado cada una de las partes, podemos ir repitiendo fase por fase hasta poder llegar a la penetración de manera gradual y, siempre y cuando, la persona que sufría dispareunia, sienta esa relajación y se sienta cómoda con todas y cada una de las partes de su cuerpo.
Llegados a esta fase, es importante que, en la primera penetración que se realice, no haya ningún tipo de movimiento. Simplemente, introducir. Después de repetidas situaciones en las que se consiga con éxito este ejercicio, se podrá repetir el proceso introduciendo progresivamente el movimiento en la penetración.
Por tanto, cuando hablamos de esta disfunción como es la Dispareunia, debemos, primeramente conocer cuál es el origen y, principalmente, descartar posibles causas orgánicas acudiendo a un especialista como es un/a ginecólogo/a.
Una vez, hayamos detectado el motivo y la causa de este dolor en la penetración, será importante acudir a un especialista de Sexología acompañado paralelamente de un especialista en Fisiología pélvica.