Leo Kanner: El psiquiatra descubridor del autismo

La palabra autismo deriva del griego autt(o), que significa que actúa sobre uno mismo; este, sumado al sufijo –ismo, que quiere decir pro­ceso patológico, indica el proceso patológico que actúa sobre uno mismo.

Este término fue empleado por primera vez en 1908 por Eugen Bleuler en su monografía Dementia praecox oder Gruppe der Schizophrenien, en la descripción de algunos de sus pacientes con esquizofrenia.

Ahora bien, quién fue uno de los primeros profesionales que nos ofreció un destello de esclarecimiento en ese silencio que brota de los pensamientos ausentes y distantes como de quien grita sin voz, pero se hace escuchar de una forma distinta a la conocida en sus principios. Esas primeras descripciones, consolidadas como relevantes, sobre lo que actualmente denominamos trastornos del espectro autista (TEA) nos las entregó Leo Kanner.

¿Quién fue Leo Kanner?

Leo Kanner nació en 1894, en Klekotiv, un pueblecito de Austria, actualmente perteneciente a Ucrania. Inició sus estudios en la Universidad de Berlín, pero tuvo que interrumpirlos al ser llamado por el ejército austriaco.

En 1924 llegó a los Estados Unidos y trabajó como médico asistente recibiendo un puesto en el Hospital Estatal de Yakton County, en Dakota del Sur.

En 1930 fundó desarrolló con Adolf Meyer y Edward Park el servicio de Psiquiatría Infantil del Hospital Johns Hopkins de Baltimore, del cual pasó a ser uno de los fundadores.

Y cinco años después escribió el primer manual titulado precisamente “Psiquiatría infantil” (“Child Psychiatry”), que fue un texto relevante para aquella época.

En los años siguientes a la publicación del citado artículo, Kanner siguió profundizando en la delimitación del trastorno, al cual le asignó la denominación de “autismo infantil precoz”, tras haber acumulado experiencia mediante la identificación personal de más de 100 niños y haber estudiado muchos otros procedentes de colegas psiquiatras y pediatras (1).

Sin embargo, nadie podía precisar y comprender con mayor precisión cuales debían ser los límites entre el autismo y otros trastornos como dicho psiquiatra.

Síntomas del autismo precoz según Kanner

Con la finalidad de no confundirlo con otros problemas, que no resulta muy adulterada la investigación y el progreso en el conocimiento de la naturaleza del autismo, Kanner propuso como criterios que definían el autismo precoz los siguientes síntomas cardinales:

  • Aislamiento profundo para el contacto con las personas
  • Deseo obsesivo de preservar la identidad
  • Relación intensa con los objetos
  • Conservación de una fisonomía inteligente y pensativa
  • Alteración en la comunicación verbal manifestada por un mutismo o por un tipo de lenguaje desprovisto de intención comunicativa

De todos estos aspectos, en 1951 Kanner acentuaba como característica nuclear: la obsesión por mantener la identidad, expresada por el deseo de vivir en un mundo estático, donde no son aceptados los cambios.

Al mismo tiempo que Kanner progresaba en sus estudios se iba extendiendo por América y por Europa el conocimiento del trastorno. Como era lógico esperar, pronto surgieron interpretaciones contradictorias y discordantes.

En 1952 se confirmaba en Europa la existencia del síndrome tras la publicación de los trabajos de van Krevelen en Holanda (2) y de Stern en Francia (3).

Kanner se mostró durante su trayectoria como una persona sensible ante la injusticia social, y especialmente al abuso infantil. Sentía indignación cuando contemplaba cómo las damas de alcurnia de la alta sociedad americana contrataban abogados para que les facilitaran la custodia de muchachas de la escuela de débiles mentales a quienes trataban peor que a esclavas.

Esto lo llevó a que en 1937 en una sesión de la American Psychiatric Association denunciara que muchas no recibían sueldo, que trabajaban exhaustivamente, que estaban mal alimentadas y que eran maltratadas (4).

Publicación de «Trastornos Autistas del Comportamiento Afectivo»

En 1943 publicó en Nervous Chil, el clásico artículo “Autistic Disturbances of Affective Contact” (Trastornos Autistas del Comportamiento Afectivo) en el que hablaba de un trastorno que algunos llamaron síndrome de Kanner y que hoy denominamos Autismo.

En él presentó los casos de once muchachos con la incapacidad innata para relacionarse con otras personas.

Dicho artículo se convirtió en la base del estudio moderno del Autismo, pues casi todos los aspectos básicos incluidos en el artículo han sido ampliamente confirmados por otros investigadores y fue una de las bases en las que se fundamentan los estudios del autismo más modernos.

Leo Kanner describía el trastorno autista como «Falta de contacto con las personas, ensimismamiento y soledad emocional. No fue el primer médico o psiquiatra que percibió los síntomas, pero sí que fue el primero que los diferenció de la esquizofrenia.

Dato curioso ante el articulo anteriormente citado resulta el hecho de que casi simultáneamente al mismo, Hans Asperger, psiquiatra y pediatra austríaco, publicó en 1944 el artículo Die Autistischen Psychopathen, basado en la observación de cuatro niños con características similares: graves alteraciones motoras y sociales, aunque aparentemente buenas habilidades verbales (descritos como pequeños profesores), entre otras, lo que diferían significativamente de las descritas por Kanner.

Debido a que este trabajo fue publicado en idio­ma alemán, al contrario del artículo de Kanner, permaneció prácticamente desconocido hasta 1991, cuando fue traducido al idioma inglés por la psiquiatra inglesa Lorna Wing, quien reemplaza el término psicopatía autista por síndrome de Asperger.

Otro hecho que destaca es que en la década de los 50 en Europa se confirma la existencia del síndrome tras la publicación de los trabajos de van Krevelen en Holanda (5) y de Stern en Francia (6).

Sin embargo, las apreciaciones realizadas al respecto tenían la delimitación de que el Autismo era como una enfermedad “sui generis”, mientras que en el continente americano se extendía el hábito de diluir el concepto original a causa de incorporar interpretaciones y conceptualizaciones heterogéneas.

Se diagnosticaba como autistas a niños con retraso mental asociado a algún síntoma raro, pero sobre todo se extendió el punto de vista de que el autismo dependía exclusivamente de determinantes emocionales ligados al vínculo materno.

Kanner estaba escandalizado y satirizaba la tendencia a considerar “por decreto” que el destino de un bebe venía determinado de modo exclusivo por lo que ocurre en el interior y alrededor del neonato (7).

Esta postura le había llevado a escribir, ya en 1950, el libro titulado: “En defensa de las madres. Cómo educar a los niños a pesar de los psicólogos más celosos”.

Kanner murió en Skyesville, Marylando el 3 de abril de 1981. En la actualidad se le considera como el padre del autismo, el profesional que puso las bases para tratar el Trastorno del Espectro Autista como un trastorno, no como una discapacidad o como una locura.

Referencias

  • (1) Kanner L.The conception of wholes and parts in early infantile autism. Am J Psychiatry 1951; 108: 23-6.
  • (2) van Krevelen DA. Early infantile autism. Acta Paedopsychiatr 1952; 91: 81-97.
  • (3) Stern, E. A propos d’un cas d’autisme chez un jeune enfant. Arch Fr Pediatr 1952; 9: 157-64.
  • (4) Bird D. Dr. Leo Kanner 86, Child Psychologist. New York Times, 1981; April 7.
  • (5) van Krevelen DA. Early infantile autism. Acta Paedopsychiatr 1952; 91: 81-97.
  • (6) Stern, E. A propos d’un cas d’autisme chez un jeune enfant. Arch Fr Pediatr 1952; 9: 157-64.
  • (7) Kanner L. To what extent is early infantile autism determined by constitutional inadequacies? Res Publ Assoc Res Nerv Ment Dis 1954; 33: 378-85.
Dayana Martínez González
Estudiante de la Facultad de Psicología de la Universidad de la Habana.