La ansiedad y el estrés están presentes en numerosos momentos del día a día en la sociedad actual y el hecho de llegar a controlar esas emociones es primordial para el propio bienestar.
Existen muchos métodos sencillos que pueden seguirse a la hora de ayudar a la persona afectada, pero el presente artículo se centra en el concepto de journaling, para muchos desconocidos hasta este instante, pero que será de gran ayuda y que cuenta con gran cantidad de beneficios.
En primer lugar, es importante indicar que es journaling, un método que se lleva utilizando desde hace un par de siglos y es un tipo de terapia que consiste en que la persona afectada plasme en una libreta aquellas reflexiones y pensamientos que le surjan. En este sentido, no hay límite, la persona se sentirá libre de escribir lo que desee en su diario personal, en el momento que considere, manteniendo una conversación consigo mismo.
Lo que se consigue con el journaling, es que a través de la escritura de sus sensaciones se libera la ansiedad y el estrés que le oprime y le bloquea, ayudando a su desarrollo personal y reflexionando sobre todos aquellos sentimientos profundos que no suelen salir a flote, y aceptándolos, ya sean negativos o positivos.
Comenzar con el journaling
Para poder comenzar con este método terapéutico es imprescindible desearlo, no realizarlo por indicación o consejo de un tercero, y tener la capacidad de continuidad, para que no se queden en un par de hojas escritas, en un intento fallido.
Una vez se tiene claro que se quiere comenzar con esta terapia, lo que no puede faltar es un cuaderno, recomendando siempre acercarse al establecimiento más cercano y comprar uno que resulte atractivo y cómodo a la hora de escribir. Da igual el tamaño, si tiene renglones o es de hoja desnuda, lo importante es que disponga de espacio suficiente para poder plasmar nuestros pensamientos.
La otra herramienta esencial, aparte de la mente, es un bolígrafo, con el que los usuarios se sientan cómodos y que dure lo máximo posible; siempre se asocia al gran momento de reflexión y escritura, que es solo de la propia persona.
Para aquellos que prefieren las herramientas digitales, con crear un documento en un alojamiento seguro en su dispositivo para evitar perder la información será suficiente.
Una vez que se cuente con el material, el siguiente paso será encontrar ese rincón acogedor de casa o ese lugar en el parque sobre el que recostarse, y en el que se sienta uno cómodo, que pueda ayudar con la inspiración, por lo que cualquier sitio será válido.
Lo ideal es emplear de 5 a 20 minutos al día en escribir lo que se siente, aunque tal y como se indicaba anteriormente, cada uno es libre de dedicarle el tiempo que considere y la frecuencia que prefiera.
El tercer y último paso será escribir, dejar que la tinta fluya sobre esa hoja impoluta y conectar con el ‘yo interior’, escucharse a uno mismo para saber lo que se necesita.
Beneficios al practicar journaling
Llevar a cabo el método de journaling puede conllevar una serie de beneficios para la persona que lo practica, y entre ellos, podemos encontrar los siguientes:
- Se mejora la capacidad de organización, se consiguen organizar todas esas ideas y pensamientos que tenemos un poco liados y confusos en nuestra mente, logrando que ante situaciones complicadas emocionalmente sea posible contar con la facultad de saber gestionarlas de forma más rápida y positiva, sin que se produzcan bloqueos importantes.
- Históricamente, de cara a la sociedad toda persona muestra su versión más correcta ante los que le rodean, ya sea por el entorno laboral, amistoso o familiar, y en cantidad de ocasiones se pierde el ‘yo interior’ más realista. Practicando el journaling, se comienza el camino del autoconocimiento, libre de prejuicios y aceptándose uno mismo.
- Escribir sobre cualquier situación que ocurra y que afecte, puede ayudar a superarlo, evitando que se puedan provocar traumas o miedos derivados de la misma. Al llevar a cabo la terapia de journaling, por lo tanto, se puede conseguir una mejora sustancial de la salud emocional.