La sana convivencia es la que nos permite vivir desde los valores y desarrollarnos como personas, pudiendo convivir con los otros, pese a las diferencias que puedan existir.
De igual modo, la sana convivencia es la que hace posible que nos expresemos con los demás, dialoguemos, podamos resolver cualquier tipo de diferencia y trabajar.
A través de la sana convivencia damos a conocer cuáles son nuestros valores y costumbres, pues, nuestro comportamiento en nuestra mejor carta de presentación. Generalmente, la sana convivencia permite que vivamos sin necesidad de que exista la violencia, sino que esta es suplantada por la solidaridad.
Al respecto, podríamos acotar que esto no es desde ahora, pues, desde los inicios de la humanidad el hombre siempre ha tenido la necesidad no solo de expresarse, sino también de relacionarse con los otros, ya que, gracias a esto, es que hemos podido evolucionar como especie.
Sin embargo, existen varios tipos de convivencia, dependiendo del entorno en el que nos desenvolvemos. Así, suele hablarse de convivencia ciudadana, familiar, social, democrática, entre otras.
Pero, todas ellas tienen como pilares la armonía, entre las personas y el medio ambiente, la comunicación, como cuando nos sabemos comunicar en el espacio familiar; asimismo, la sana convivencia se presenta a nivel escolar e incluye a todos los actores, es decir, maestros, estudiantes y demás personal.
Como ciudadanos, también tenemos una responsabilidad que no podemos delegar a otras personas, y que se deriva de nuestras acciones frente al Estado y al espacio cívico que compartimos con otros ciudadanos. En esta esfera, la sana convivencia también es un reflejo de nuestros valores.
Cómo conseguir una sana convivencia
Para conseguir una sana convivencia es importante contar con el respaldo de nuestra educación familiar; sin embargo, siempre que lo deseemos, podemos cambiar nuestros patrones de comportamiento y actuar conforme a una convivencia sana.
Por ejemplo, en los centros educativos, en la familia, y en muchos ámbitos, siempre será esencial tener una sana convivencia.
En el caso de la sana convivencia escolar, por citar un ejemplo, sabemos que todos los miembros que hacen vida en este espacio deben aprender a compartir con los demás, sin importar los credos, las razas o las ideologías de las demás personas.
Así, la sana convivencia no debe comprenderse solo como la ausencia de violencia, sino como una capacidad para convivir con los demás, de forma armónica y, para lograr esto, es necesario el trabajo en equipo, una buena formación en valores y el trabajo coordinado entre todos los agentes.
En estos ámbitos, en lugar de que prime la competencia individual, es necesario trabajar desde la solidaridad y el respeto, pero, sobre todo, desde la cooperación.
Así, para conseguir una sana convivencia pueden funcionar algunos programas que son preventivos, y en los que se enseñe sobre la mediación escolar y la resolución pacífica de conflictos.
También, se debe contemplar en estos programas el manejo de conceptos como el de comunicación asertiva, la empatía, la consejería, entre otros recursos de los cuales se pueden disponer para aprender a obtener una convivencia sana.
Valores necesarios para lograr una sana convivencia
Cada quien tiene un sistema de valores, eso es cierto, pero, por medio de la enseñanza y la empatía, podemos aprender a respetar las creencias de los demás y aun así vivir en sana convivencia.
Entre los valores más importantes para conseguir una sana convivencia, se destacan los siguientes:
- La buena moral
- El respeto
- La educación
- La tolerancia
- La libertad
- La paz
- La justicia
- La solidaridad
- La dignificación de la condición humana
- La no discriminación
Ejercer estos valores de una forma equilibrada, puede ser útil para conseguir vivir en un ambiente armónico, con una convivencia sana.
Además, también podemos contemplar la protección que debemos dar al entorno, ya que todos necesitamos que el ambiente sea el más idóneo para poder coexistir.
También, debemos trabajar en nuestra comunicación, para que esta sea eficaz, pero también asertiva.
Igualmente, debemos asumir la responsabilidad de los errores propios, buscar soluciones pacíficas para los conflictos, establecer como prioridad el respeto mutuo; cumplir con los compromisos personales también es indispensable.
Además de ser tolerantes, también es importante cultivar la paciencia y no solo aprender todo por aprenderlo, sino más bien, aprender a poner en práctica los valores que adquirimos.
Características de una sana convivencia
Podemos notar que en un ambiente existe una sana convivencia debido a las características que presentan estos entornos, tales como las siguientes:
Integración en los equipos
En lugar de la competitividad y el deseo de superar a los demás, cuando hay un entorno con sana convivencia notamos con principal característica que hay una cooperación y ningún equipo trabaja de forma aislada, sino integrada, más bien para que los objetivos se cumplen, pues, su integración es porque todos trabajan en pro de una misma meta.
Educación constructiva
Esto quiere decir que los individuos están formados para el ejercicio de la paz y de la justicia, los cuales son pilares para su comportamiento, ya que, de este modo, es que podemos hacer de los entornos un lugar mejor.
Interacciones sanas
En estos entornos con sana convivencia, también se observa entre sus principales características que hay una integración de los conocimientos, que todos interactúan y que no es una sola voz la que se erige, sino que las opiniones de todos son tomadas en cuenta, de modo que la interacción es dinámica y saludable.
Comunicación efectiva
La comunicación en estos ambientes es asertiva, nadie guarda silencio ni obedece imposiciones, sino que todos expresan, desde el respeto, lo que piensan y sienten, sin hacer daño a los demás. Además del lenguaje verbal, también se observa una buena comunicación gestual.
Participación de todos
Todos los miembros participan, sin dejar a los demás por fuera, sino que todas las iniciativas son escuchadas y tomadas en cuenta.
Estas son las principales características de los entornos en los que prevalece la sana convivencia con todos los que participan en dicho ambiente.