Semana mundial de la lactancia materna: mitos desmantelados

La lactancia materna ofrece múltiples beneficios para la madre y el bebé. Desafortunadamente, muchas mujeres eligen no amamantar por mitos comunes que provocan inquietud sobre esta práctica. México, por ejemplo, ocupa el segundo lugar entre las regiones donde menos se amamanta.

Mitos de la lactancia materna

Amamantar es fácil

La época de la lactancia es una de las experiencias más bonitas y complicadas de la maternidad. Algunas madres enfrentan desafíos en los primeros días después del nacimiento porque experimentan congestión mamaria o el bebé no se prende correctamente.

Lo cierto es que la lactancia materna es un proceso de aprendizaje que requiere tiempo y práctica. La congestión mamaria ocurre cuando los senos se llenan de leche porque el bebé todavía no está acostumbrado a la lactancia. En consecuencia, los senos pueden sentirse duros, tensos y dolorosos.

El apoyo de un asesor de lactancia capacitado puede ayudarla a corregir cualquier problema de agarre y desarrollar una posición óptima para la alimentación. Del mismo modo, el bombeo de leche y la alimentación con biberón serán de gran ayuda. El uso de sacaleches o extractores de leche eléctricos ayudan a aumentar el suministro de leche materna y facilitar este proceso.

Es habitual que la lactancia materna duela

Es posible que muchas madres experimenten dolores en los pezones durante los primeros días de lactancia. Sin embargo, esto es porque el bebé está aprendiendo a amamantar y no está bien posicionado ni sujeto al pecho.

Soportar este dolor podría empeorar la incomodidad. Algunas soluciones simples para disminuir las molestias incluyen el uso de cremas para masajear la zona. Principalmente los conductos lácteos. La madre también debe asegurarse de que el bebé no solo se enganche al pezón, sino que se conecte a la areola. Cambiar de posición a menudo ayudará a encontrar una mejor posición y darle un respiro a los pezones.

Limpiar el pecho antes de amamantar

La superficie del seno suele producir “bacterias buenas” que ayudan a desarrollar la microbiota intestinal del bebé. Por lo tanto, no es necesario limpiar el pecho o los pezones antes de amamantar.

Cabe mencionar que los jabones y geles de ducha pueden eliminar este aceite natural, provocando sequedad e irritación en la zona. Es importante lavarse los senos con agua cuando se bañe o duche. Séquese al aire o frótese suavemente con una toalla.

No debe amamantar si está enferma

Por lo general, las madres pueden continuar amamantando incluso cuando están enfermas (dependiendo del tipo de afección). Para continuar con esta práctica, es importante que la madre reciba el tratamiento adecuado, buena alimentación y descanso. 

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