Las recíprocas repercusiones entre las emociones y el sistema inmune

El sistema inmunitario es el encargado de defender al cuerpo de gérmenes, bacterias o cualquier microorganismo que tenga la intención de perjudicar la salud. Este también es vulnerado por el estado de ánimo de las personas, debido a que las emociones inciden directamente, hasta el punto de desarrollar enfermedades.

Específicamente los estados de ánimos negativos influyen en cómo va a reaccionar el sistema inmune, debido a que se incrementa el riesgo de inflamación exacerbada, de acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Pensilvania en Estados Unidos.

Una vez que la ciencia encontró relación entre las emociones y el impacto en el sistema inmunitario se desarrolló la especialidad médica Psico Neuro Inmuno Endocrinología (PNIE), que se encarga de estudiar la influencia de los sentimientos y pensamientos en la salud corporal.

A través de diversos estudios determinaron que las emociones de malestar psicológico como: la ira, el miedo, la tristeza o la ansiedad que no son correctamente manejadas por las personas, son capaces de debilitar el sistema inmune. De tal manera que el organismo se vuelve más vulnerable a enfermedades cardiovasculares.

El estrés crónico o prolongado también tiene un impacto significativo sobre el sistema inmunitario porque provoca inflación en el organismo, convirtiéndolo en un escenario propicio para desarrollar enfermedades. Tanto las emociones como el estrés perjudican de la misma manera el sistema inmunológico de los niños.

En estos tiempos pandémicos el sistema inmunológico resultó perjudicado no solo por el covid-19, sino también por las emociones que producen malestar psicológico. Tal es el caso de España, donde un estudio de Save the Children menciona que 1 de cada 6 menores se siente deprimido todos o casi todos los días.

Algunos de ellos comentaron que le tienen miedo al virus, les cuesta dormir y lloran. Ante casos como estos, es necesario formularse la pregunta ¿Cómo fortalecer el sistema inmunológico de los niños? Para ello, se debe recurrir a una dieta equilibrada entre frutas y verduras. Además, se debe incluir la carne, y los cereales. Sobre todo es recomendable consumir pescado una o dos veces a la semana para obtener vitamina D.

Esta alimentación que también aplica para los adultos cobra relevancia en el caso de los niños, porque se debe recordar que el sistema inmunológico de los infantes no está completamente desarrollado y gradualmente adquiere plena funcionalidad.

Una rutina de sueño forma parte de la clave para tener buena salud, porque durante el sueño el organismo aumenta la memoria inmunológica, es decir, se prepara para defenderse de una infección futura. Mientras que la privación del sueño (dormir menos de 6 horas) produce marcadores proinflamatorios que debilitan el sistema inmune.

A estos hábitos se le debe sumar la práctica del deporte de forma diaria para mantener una buena salud. Una rutina deportiva constante provoca cambios en los anticuerpos y los glóbulos blancos que combaten las enfermedades.

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