Mi novio no es romántico

Recientemente en el programa de radio en el que participo semanalmente, cuyo tema era: “Personas que no disfrutan de los momentos románticos”, una oyente compartía: yo soy romántica, adoro la idea de las flores, las cenas sorpresivas y las caminatas bajo la luna, pero él ni se inmuta con esas cosas, sólo lo hace si yo se lo pido, él no es romántico y eso me choca muchísimo, entonces… (me pregunta): ¿debo asumir que no me quiere y terminar con él?

Mi respuesta casi sin reflexionar fue: él tiene pocas oportunidades de ganarse tu corazón mientras tú sigas pensando que el romanticismo es solo el estereotipo de regalar flores, dedicar canciones y mirar la puesta de sol suspirando juntos…

Su silencio al otro lado de la línea me mostró que le sorprendió y quizás también le incomodó un poco mi respuesta, al cabo de unos segundos inquirió… ¿y qué más es el romanticismo?

Y es ese el tema que quiero compartir hoy con ustedes, mis queridos lectores, la idea del romanticismo como algo “pasado de moda”, “blando”, “cursi”; refutada por la idea de que el romanticismo es básico y esencial para tener no solo una relación de pareja unida, estable y sólida, sino para matizar todas nuestras relaciones interpersonales con seres cercanos y queridos de ese “me intereso por ti y te lo demuestro”, que hace conexiones increíbles entre las personas y nos hace ser humanos.

Ese desdén con que muchos tratan en la actualidad al romanticismo, nos ha hecho perder parte de nuestros valores como ciudadanos y también nuestros buenos modales; considerar que ser románticos nos hace antiguos, es una forma de considerar que la empatía, la sensibilidad, la amabilidad y el interés por las necesidades del otro no importan, que son secundarias a nuestro propósito de vida y a lo “realmente trascendente”…. ¿éxito laboral, cosas materiales, estatus? Decía Charles Chaplin: “Pensamos demasiado y no sentimos lo suficiente. Tenemos más necesidad de espíritu humanitario que de mecanización. Más que de inteligencia, tenemos necesidad de amabilidad y gentileza”.

En mi experiencia profesional, no es posible llevar una vida plena o alcanzar la realización personal adoleciendo de sensibilidad y de una valoración positiva de los pequeños detalles que amigos, pareja y familia, nos proporcionan como apoyo psicológico para permanecer sanos emocionalmente, sin corrosiones internas, sin amargura, sin competitividad enfermiza con los otros; antes de juzgar lo categórico de esto que les comento…. Reflexión… ¿qué y cuánto de todo lo alcanzado en la vida nos podemos llevar? ¿cuando alcanzamos la mayoría de las metas que nos trazamos, ya nos sentimos tan satisfechos que no queremos nada más?

“La vida es un trayecto”, reza un proverbio popular que obviamos por su simpleza, pero que encierra algo esencial: no tenemos una vida para lograr “cosas” y otra para sentirnos felices, por tanto la verdadera meta es vivir nuestra única vida luchando por lograr cosas que nos alimenten psicológicamente, emocionalmente, y esto sin el romanticismo…. Es poco probable.

Entonces desde esta idea de ver el romanticismo como lo que es en esencia: sensibilidad, podríamos agregarle a nuestra oyente de la radio, que todos tenemos una manera muy particular de ver, pensar y sentir las cosas, la personalidad es única e irrepetible, (nos decía en cada clase ese gran profesor que es Fernando González Rey) por tanto nuestra pareja, aunque no entre en nuestra etiqueta de lo que es romántico, puede serlo a su manera si:

  • nos regala algo que necesitábamos o que encaja mejor con nuestra forma de ser que un ramo de flores
  • se encarga de hacer algo que teníamos pendiente cuando sabe que nuestro día sería muy ajetreado

Y muchas otras formas creativas y distintas que pueden ser utilizadas para expresar cariño, afecto, interés y compromiso por el otro.

No ser románticos es considerar que ya tenemos a nuestra pareja segura, y que por tanto no son necesarios los detalles para enamorarla día a día; conocer a nuestra pareja, es una herramienta valiosa que nos ayuda a ser románticos con ella, adecuando nuestras tácticas a lo que esa persona especial que queremos a nuestro lado disfrutaría más, a lo que daría más valor.

El amor de pareja y el romanticismo, no son clichés de telenovelas, son elementos que mantienen viva una relación de verdad, interesada en ser un complemento y no una mera compañía, deshacerse de mitos y estereotipos y no perder lo esencial: la sensibilidad, es la principal idea que quería compartir con ustedes.

“El amor es el significado ultimado de todo lo que nos rodea. No es un simple sentimiento, es la verdad, es la alegría y está en el origen de toda creación”. Rabindranath Tagore

Referencias bibliográficas:

Berne, Eric (1986): GAMES PEOPLE PLAY The Psychology of Human Relationship. Editorial Diana, México

González, Fernando (1993): Personalidad, salud y modo de vida. UNAM IZTACALA. México.

Ivette Barbara
Licenciada en Psicología. Facultad de Psicología.