La marihuana se ha empleado a lo largo de los siglos como un producto medicinal, sin embargo actualmente es utilizada como droga recreativa o como analgésico para contarrestar el dolor provocado por algunos trastornos o alteraciones corporales.
No existe un único tipo de marihuna. Precisamente su uso tan extendido por los seres humanos ha propiciado la aparición de numerosas semillas de marihuana con características propias que vamos a ver a continuación.
Cannabis Sativa
De forma general se suele indicar que las sativas son más vigorizantes y energéticas cuando las comparamos con las Índicas. Tienen un origen ubicado en países ecuatoriales aunque hoy en día crecen en distintas zonas del mundo.
Es precisamente el dato de su origen en climas húmedos lo que explica que la morfología de sus hojas sea abierta y aireada para evitar la acumulación de humedad propia de estas latitudes.
Por esta razón es muy fácil identificarla gracias a su gran altura y su poca envergadura con ramas que crecen y se extienden a ambos lados, como si se tratara de un árbol de marihuana real. Además, las flores comienzan en los nudos y crecen y se expanden a lo largo de sus tallos.
Como comentábamos, gracias a esta particular morfología se evita que el agua y la humedad se acumulen y puedan aparecer bacterias que podrían dañar a la propia planta. Esta estructura no solo es buena para prevenir la humedad sino también para favorecer la oxigenación en épocas calurosas y para evitar daños estructurales en época de vientos.
Cannabis Índica
La cannabis índica siempre se ha identificado como una marihuana más relajante y sedante cuando la comparamos con la Sativa. Aunque esto no siempre está claro ya que los efectos dependerán en gran medida de la dosis, técnica de cultivo e incluso del propio usuario.
Este tipo de semilla proviene de regiones más frías, secas y montañosas como Nepal o la India (precisamente de ahí viene su nombre). Tiene un tiempo de floración más rápido que la Sativa y sus cogollos y hojas son más compactos y densos.
Su estatura y envergadura es muy inferior a la Sativa y por eso suele ser la semilla de elección cuando se trata del cultivo de interior.
Cannabis Ruderalis
En realidad ésta es una subespecie de la Sativa, cuyo origen se encuentra en el sur de Siberia y zona norte de Kazajistán.
La característica principal de esta semilla es tener un nulo contenido en THC que es el componente psicoactivo y sin embargo tiene un alto contenido en CBD (que es el componente no psicoactivo que cuenta con numerosas propiedades curativas y medicunales). Por todo ello suele ser la planta de elección a la hora de crear esencias, aceites, aromas e incluso alimentos basados en el cannabis.
Aunque normalmente se describe como el tercer tipo de cannabis (después de la Sativa y la Indica) no existe un consenso entre los botánicos sobre si puede considerarse una especie autónoma con independencia de las otras dos, o si por el contrario hay que seguir refiriéndose a ella como una subespecie de la Sativa.
Híbridos
Los tres tipos de cannabis que hemos explicado a lo largo de este artículo pueden encontrarse de forma natural, sin embargo existen numerosas subclases o híbridos creados por el ser humano de manera artificial con el objetivo de potenciar o aislar algunos de sus componentes y provocar los efectos deseados.
Los híbridos son una combinación de la Sativa y la Indica en distintas proporciones.
De forma general se suele decir que un subtipo es híbrido siempre y cuando en su composición no contenga más de un 80% de alguno de los tipos puros que hemos ejemplificado.