El desafío de los 30 días

En algún momento de nuestras vidas nos hemos propuesto hacer algo pero hemos abandonado antes de conseguirlo. Ir con frecuencia a un gimnasio, comer de manera más sana, dejar de fumar, fregar los platos antes de acostarnos, estudiar 2 horas todos los días, escribir un diario…Seguro que cada uno de vosotros tiene sus propios ejemplos.

Según William James «la voluntad permite la alteración en el comportamiento para realizar acciones en circunstancias adversas». Cuando estas acciones se repiten en el tiempo dejamos de percibirlas como algo adverso y se convierten en un hábito.

Al llegar ese momento podemos decir que hemos interiorizado la acción y se ha convertido en una parte más de nuestra vida. La repetición de la acción es inversamente proporcional a percibir la acción como algo negativo o «costoso». Cuanto más la repitamos, menos nos costará realizarla, tanto físicamente como mentalmente.

Pero … ¿Cómo podemos llegar a ese punto? ¿Cómo podemos superar esa barrera psicológica inicial para convertir la acción en un hábito?

Steve Pavlina en su artículo «30 days to success» (30 días para el éxito) propone una serie de estrategias para conseguirlo. Basándose en los conocidos «30 días de prueba» de muchos programas informáticos, hace una extrapolación a nuestras propias vidas y nos reta a llevar a cabo alguna acción durante todos y cada uno de los días de ese período.

En palabras del propio Steve…

«Parece demasiado abrumador pensar en un gran cambio y mantenerlo durante toda la vida cuando estás acostumbrado a hacer precisamente lo contrario. Cuanto más piensas en ese cambio como algo permanente, menos motivación tendrás para llevarlo a cabo…»

«…pero qué ocurriría si pensáramos que el cambio es algo temporal? – por ejemplo solamente 30 días – Y luego serías perfectamente libre de volver a tus viejos hábitos. ¿Verdad que no resulta tan difícil de imaginar? Haz ejercicio durante 30 días, luego abandona. Mantén tu escritorio ordenado durante 30 días, luego deja de ordenarlo. Lee una hora durante 30 días, luego vuelve a ver la televisión…»

Sin embargo pasados 30 días ocurre el milagro. Descubriremos que nos resulta muy difícil abandonar este nuevo hábito ya que lo hemos interiorizado. Si hemos conseguido llegar a 30, ¿porqué no llegar a 60 o 90 días?  … ¿o incluso mantenerlo para siempre?

El desafío de los 30 días también puede ser utilizado para probar hábitos que no tengamos la certeza que queremos incorporar a nuestra vida. Como por ejemplo una nueva dieta. Podemos probar la nueva dieta durante 30 días para descubrir, pasado ese periodo, que no nos ha reportado tanto beneficio ya que estamos más bajos de energía de lo habitual. Entonces es el momento de abandonarla. También puede ocurrir justo lo contrario y descubrir que disfrutamos de mayor energía y salud que núnca. En ese caso lo difícil sería abandonarla.

En mi caso personal mi desafío fue hacer deporte aeróbico (alternando carrera continua y natación) durante 30 días. Creo que no llevaba ni 10 días cuando dejé de contar. Sentí que había interiorizado por completo el hábito y que desde ese momento iba a formar parte de mi vida. En tan sólo 10 días descubrí que los beneficios derivados de este nuevo hábito eran lo suficientemente positivos como para seguir manteniéndolo.

Marcarnos el objetivo de 30 días es una excusa en realidad, ya que podemos asumir el cambio mucho antes, como fue mi caso. En ese momento no importa si te «saltas» algún día, ya que tu estado interior te devolverá al camino marcado, que es precisamente continuar con el hábito.

Comencé mi desafío en Julio del 2008 y desde entonces hago deporte 5 días a la semana como mínimo. No importa si una semana hago más o menos, ya que la media se mantiene. De hecho en estos momentos me cuesta definir el hábito como «desafío» ya que mantenerlo no me supone un esfuerzo en absoluto. Correr y nadar forma parte de mi vida.

Márcate un objetivo, prueba cualquier cosa. No tienes nada que perder, sino todo lo contrario.

Conócete.

Isidro Migallón
Especialista en Marketing Online y psicólogo. Si tú también eres psicólog@ y haces click en mi nombre, descubrirás un regalo que te he preparado.