Cómo planificarte para cumplir tus objetivos

Cada inicio de año nos planteamos y nos fijamos grandes retos. Algunos los desechamos nada más escribirlos o pensarlos. Otros, por el contrario, los aceptamos y hacemos nuestros aunque sean difíciles. Sin embargo, cuando llevamos una semana del nuevo año….. nos asalta la duda. Aquel que se propuso dejar de fumar, aún no lo ha hecho «porque hasta no pasar el 6 de enero.. con tanto acontecimiento social y familiar….ya empezaré después de Reyes». Y pasa el 6 de enero y comienza la cuesta arriba para acometer el desafío y cumplir tus objetivos.

Aquel que se propuso hacer ejercicio y cambiar su dieta, aún no lo ha hecho «porque hasta no pasar el 6 de enero…aún hay días de comer dulces.» Y sigue comiendo con excesos. Y pasa el 6 de enero y aún queda tanta comida en la nevera que dar inicio al desafío se convierte en el propio desafío.

Y así podríamos seguir con una larga lista de propuestas, todas ellas condicionadas al 6 enero, fecha que parece definir el inicio de nuestras metas.

Dando por supuesto que tus metas están claras, que tienes claro tu «qué» tu «porqué», tu «para qué»… no pudiste alcanzar tus metas años atrás. ¿Cómo vas a lograrlo esta vez? Definido el «qué», definido el «porqué» y definido el «para qué», la clave está en definir un buen «cómo».

Definiendo el cómo

Uno de los problemas al que nos enfrentamos a la hora de cumplir nuestros objetivos es que acabamos postergándolos. Postergar y postergar puede convertirse en una conducta, quizá para evitar hacer frente a un posible fracaso (si consideras difícil tu reto y crees que puedes no lograrlo, si no lo haces no te enfrentas a un fracaso…), o quizá porque quieres nada más empezar acometer tu meta de forma perfecta (lo cual es poco probable…si pretendo dejar de fumar, comenzaré fumando menos, si pretendo hacer ejercicio comenzaré haciendo algo, si pretendo hacer dieta o bajar de peso no empezaré drásticamente, ¿no crees?) Lo importante es comenzar, y «hacer camino al andar» como reza el refrán.

Piensa en los grandes deportistas o en los actores famosos , ninguno empezó desde la fama. Adopta este concepto en tu reto, márcate cada día un pequeño objetivo. Alcanzar todos los días este pequeño objetivo, marcarlo por escrito te hará sentir «capaz» y te motivará para llegar al objetivo mayor. Además, te servirá en un futuro cuando te plantees alcanzar retos mayores en esa u otras áreas.

Tener una cronología en tiempo real de tus avances, te ayudará para ver que si una vez lo has logrado puedes hacerlo nuevamente.

Por tanto, elabora tu «hoja de ruta»: en ella no sólo has de marcar qué, cuándo y cómo vas a hacer, sino que has de desglosarla al máximo en pequeños escalones. Cada escalón te inyectará motivación para el siguiente.

dividir objetivos paso a paso

¿Quieres un ejemplo?

«Quiero hacer ejercicio pero no hay forma de pasar de una semana. A la semana, sólo encuentro dificultades para salir»

Bien, mi propuesta es sencilla: esa primera semana hazla fácil, muy fácil. Tan fácil que tengas ganas de llegar a la segunda. Por ejemplo, si te has propuesto salir a caminar, haz una hoja de ruta muy fácil de cumplir:

LUNES MARTES MIERCOLES JUEVES VIERNES SABADO DOMINGO
15 ‘ 15′ 15′ 20′ 20′ 15′ (10′)

Si el fin de semana no vas bien de tiempo, reduce tu dedicación al ejercicio, pero no lo elimines por completo.

No pretendas salir a caminar durante una hora desde el primer día porque probablemente no estarás acostumbrada físicamente ni tu agenda tampoco sabrá adaptarse con facilidad a un cambio drástico.

A partir de esta primera semana, y con ganas de incrementar tus tiempos para la segunda, poco a poco y de forma siempre gradual, incrementa tus tiempos de dedicación al ejercicio, al aprendizaje de un nuevo idioma, a fumar menos …. Maneja tu tiempo inteligentemente. Planifica. Concepto rey por excelencia. Planificar no es enumerar, no es hacer un listado. Planificar conscientemente, estratégicamente es un concepto mucho más profundo, más complejo. Es sumergirte en tu deseo, desglosarlo, desmigarlo y comprometerte con él, desde la acción.

Secuencia para «no morir en el intento» y «sobrevivir a mis metas»:

  • Planificar mi hoja de ruta
  • Elaborar con detalle la hoja de ruta

Elementos facilitadores vs Elementos obstaculizadores

Permitirte todo lujo de detalles que requieren cumplir tu meta es importante. Es importante que señales los pequeños escalones necesarios para subir, pero también las dificultades que encontrarás en tu ascenso. ¿Qué tengo a mi favor? ¿Qué juega en mi contra? ¿Entorno? ¿Amistades? ¿Trabajo? ¿Familia? Esto es, Elementos facilitadores vs Elementos obstaculizadores

  • Planificar mi hoja de ruta
  • Elaborar con detalle la hoja de ruta
  • Elementos facilitadores vs Elementos obstaculizadores

Si te permites imaginar los obstáculos que pueden frenar tu meta, podrás encontrar recursos con los que combatirlos. Y no sólo eso, además sentirás más seguridad, aumentará tu sensación de poder porque tu seguridad en combatir los obstáculos será mayor.

Y por último, ponte en acción

Define bien el momento exacto (día y hora) y comprométete con ello. El proceso de ponerte en acción debe contemplar un concepto importante, la perseverancia. No basta ponerte en acción y ya está. Actuar conlleva poder mantener tu voluntad constante, mantener tu perseverancia en tu objetivo, siendo consciente de aquello que tienes a tu favor y aquello que no lo está. Aquellos recursos que te ayudarán y la voluntad que necesitas aplicar recordando tu qué, tu porqué y tu para qué.

Recuerda que para que un nuevo hábito, una nueva costumbre se instaure en nuestra conducta, necesitamos 21 días. 21 días de acción estratégica y consciente. 21 días de acción con conciencia. Si pierdes el foco, si pierdes tu motivación, si «haces por hacer» poco harás. Recuérdate para qué lo haces.

Así nuestra hoja de ruta queda definida de la siguiente forma:

  • Planificar mi hoja de ruta
  • Elaborar con detalle la hoja de ruta
  • Elementos facilitadores vs Elementos obstaculizadores
  • Acción y perseverancia.

Bruce Lipton doctor en medicina nos explica desde la ciencia que no somos víctimas de nuestra genética. Cambiando nuestra forma de percibir el entorno podemos llegar a modificar nuestra biología.

Beatriz Muñoz
Coach profesional y Estudiante de Psicología por la UNED.