Psicopatía vs Trastorno de Personalidad Narcisista

Desde parámetros comportamentales, el Trastorno de Personalidad Narcisista manifiesta similitudes con la psicopatía.

Un Narcisista puede no tener una psicopatía y, sin embargo, se desenvolverá con una actitud psicopática en el mundo sin necesidad de tener que pasar un por un centro de salud mental

Esto es, porque en ambos trastornos, se da la imposibilidad de una relación simbiótica con el complementario. Por definición, esta relación es siempre parasitaria.

El complementario nunca es considerado en ninguno de los trastornos como una persona íntegra con derechos y necesidades, sino que se es cosificado y visto como un medio para un fin.

El mero uso de la palabra “complementario” para referirse a las personas que entran en relación con este tipo de personalidades, ya alude, hasta qué punto son consideradas como agentes que les proveen de algo que necesitan y no como personas íntegras.

A continuación haremos un repaso comparando las similitudes y diferencias entre la Psicopatía y el Trastorno de Personalidad Narcisista.

Desconexión afectiva

La desconexión afectiva ocupa un lugar importe en ambos trastornos.

Si bien, el psicópata carece de emociones profundas, el narcisista puede fantasear una relación idílica que simplemente está incapacitado para llevar a término. El narcisista atribuirá los fracasos a la inadecuación o incompetencia del otro, para salvaguardar su autoestima.

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Ausencia de sentimientos de culpabilidad

Ambos trastornos presentan dificultades similares para experimentar sentimientos de culpa, duelo, o empatía con el sufrimiento que generan. Sin embargo existen algunas diferencias de fondo.

Mientras que el psicópata no posee ese repertorio de respuestas, el narcisista está desconectado de esas emociones. De esta manera podrá proteger en salvaguarda una autoestima lesionada.

El Narcisista no puede permitirse una visión realmente lúcida y equitativa, donde la otra persona es considera como un igual. Una visión desde la que él pueda contemplarse como responsable de los fracasos, sino que siempre proyectará la culpa en el otro.

Ausencia de arrepentimiento

El narcisista, al igual que el psicópata, no manifestará arrepentimiento verdadero por actos que escapan a lo “éticamente aceptable”.

El psicópata simplemente no siente el arrepentimiento. En el caso del narcisista proyectará en otros la responsabilidad de sus fracasos para salvaguardar su imagen de impecabilidad. Y también porque, como indica su trastorno, considera que debe ser tratado con privilegios.

En tanto a sus hechos o el sufrimiento causado, ambos tipos de personalidad, pueden mostrar arrepentimiento simulado. Nunca será un sentimiento real de comprensión lo que lo motive, sino la intención de seguir sacando beneficio del complementario a través de engaños.

La emoción de la ira

En el psicópata y en el narcisista la ira es una emoción a flor de piel.

Ambos están limitados en sentir emociones de carácter profundo. En cambio, son probables las respuestas o reacciones coléricas como fruto de esta emoción primaria.

Conductas sádicas

En ambos trastornos pueden darse conductas sádicas.

Por un lado, el psicópata puede experimentar placer por el simple hecho de infligir dolor al otro. Es importante destacar que la mayoría de psicópatas bien adaptados no cometen actos delictivos y asesinatos como muestra el cine. No por ello dejan de ser y comportarse dentro de los parámetros de la psicopatía.

Sexualidad

En el Trastorno de Personalidad Narcisista, o Perverso Narcisista pueden darse alteraciones de la psicosexualidad o parafilias.

Este tipo de alteraciones pueden implicar conductas sádicas: vejar a la pareja, a través del sometimiento y el dolor.

Estas prácticas, responden a la lógica misma del trastorno. A través de la humillación buscan comprobar la admiración y afecto del que pueden ser objeto. A través de la disminución de la pareja, y las concesiones que ésta realiza, el Narcisista ve reafirmada su autovalía.

Ausencia de empatía

En ambos casos existe una desconexión empática hacia los sentimientos de la otra persona, en pro, de la satisfacción de las necesidades propias. Son personas tóxicas.

El psicópata obtiene placer en el hecho de provocar dolor. El narcisista, por su parte obtiene el placer a través del sometimiento del otro y el ensalzamiento del propio valor.

Relaciones

Es importante destacar también, que, ambos trastornos pueden presentarse tanto en hombres como mujeres, pero, ambos aparecen con mayor frecuencia en varones.

Ambos trastornos se beneficiarían por el hecho de que la víctima les considera desde la idea de semejanza y los sentimientos de empatía.

Esto, quiere decir, que la víctima queda sumida en un estado de confusión. En ambos casos verá progresivamente menoscabada su autoestima y energía.

Se genera, por tanto, un engranaje que al complementario le resulta muy difícil disolver, porque, éste queda anclado.

Primero, por consideración a las virtudes que cree que compensan el sufrimiento. Después, porque piensa que es una persona a la que conseguirá cambiar con amor y ayuda.

Es importante que en cualquiera de los casos estemos atentos a las señales. Y aprendamos a distinguir aquello que empieza a hacernos sentir mal desde muy pronto. Así podremos alejarnos de este tipo de personas que se caracterizan por tener un comportamiento depredador y tóxico.

Redacción
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