Depresión endógena: Definición, causas y síntomas

¿Qué es una depresión?

Coloquialmente hablamos de depresión para referirnos a un estado de profunda tristeza y desánimo.

En psicología la depresión puede referirse a un síntoma (cuando nos referimos a un bajo estado de ánimo o profunda tristeza) o un trastorno (que sería un conjunto de síntomas que tienden a aparecer juntos y conforman una categoría como “Depresión Mayor” o “Distimia”).

La sintomatología característica de un cuadro depresivo incluye un estado de ánimo bajo, pérdida de placer por actividades que suelen disfrutarse o sentimiento de culpa inapropiada o excesiva. Entre los síntomas también encontramos otros más biológicos relacionados con la ingesta y aumento o disminución de peso, relacionados con los patrones de sueño, con la actividad sexual o pérdida de la energía.

Depresión endógena

Paul Julius Möbius propuso el término “endógeno” para describir cuadros psiquiátricos que eran innatos y no tenían tratamiento. Por lo tanto al catalogar un trastorno como “endógeno” nos estamos refiriendo a su causa (biológica en este caso) o etiología.

Según esta tradicional clasificación la depresión entonces podría ser:

  • endógena cuando está provocada por una alteración biológica (como un mal funcionamiento de los neurotransmisores)
  • exógena (reactiva o psicogénica) cuando la causa está ligada a factores externos, ambientales o psicosociales (como por ejemplo la pérdida del trabajo)
  • orgánica, cuando los síntomas depresivos aparecen como causa secundaria de otra enfermedad o de la ingesta de alguna sustancia, como un fármaco.

Por lo tanto cuando hablamos de depresión endógena no nos estamos refiriendo a un trastorno psicológico como tal sino a la causalidad del problema psicológico.

Mecanismos biológicos involucrados en la depresión endógena

Guadarrama, L., Escobar, A. y Zhang, L (2006) identifican factores genéticos y químicos en relación al surgimiento de la depresión endógena.

Factores genéticos de la depresión endógena

En el caso de los factores genéticos, estos actuarían como predisponentes al desarrollo de depresión y tendencias suicidas. Es decir, ante un mismo evento estresante, las personas con determinadas características genéticas serían más proclives al desarrollo de síntomas depresivos y/o el diagnóstico de un trastorno depresivo.

Factores químicos

Por otro lado podemos encontrar un mal funcionamiento en los sistemas de neurotransmisión (factores químicos). Las neuronas se comunican entre sí estableciendo redes neuronales. Para que se produzca esta comunicación es necesaria la actuación de los neurotransmisores.

La hipótesis monoaminérgica de la depresión establece que la depresión estaría causada por el déficit en alguna de las tres monoaminas biogénicas, es decir, de la serotonina, la noradrenalina o la dopamina.

La serotonina es un neurotransmisor que participa en diversas funciones biológicas. El déficit de serotonina podría provocar un estado de ánimo deprimido, problemas de ansiedad, relacionados con el apetito, con el sueño, con la actividad sexual, problemas gástricos e incluso problemas relacionados con el movimiento y la conducta.

Si atendemos a los criterios diagnósticos propuestos por las clasificaciones diagnósticas estos efectos conformarían claramente de un cuadro depresivo.

Por otro lado, un déficit de noradrenalina estaría muy relacionado con déficits neuropsicológicos tales como el debilitamiento de la atención, problemas de concentración, problemas relacionados con la memoria operativa y enlentecimiento del procesamiento. Provocaría también problemas a nivel psicomotor, fatiga, problemas relacionados con la presión arterial y taquicardias.

Por último, la dopamina estaría involucrada en la función motriz y en los sistemas cerebrales de recompensa, sistemas fundamentales en el desarrollo de trastornos adictivos.

Tratamiento farmacológico

El tratamiento farmacológico tiene como objetivo reestablecer los niveles de los neurotransmisores y así  mejorar la sintomatología depresiva. Entre los fármacos clásicos encontraríamos los inhibidores de la monoaminooxidasa o los antidepresivos tricíclicos.

También podemos encontrar fármacos que actúan sobre alguno de los neurotransmisores de forma más específica (como por ejemplo los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina tales como la fluoxetina o la paroxetina).

Por lo tanto, si la causa de la depresión corresponde a un déficit de los neurotransmisores y estos fármacos actúan reestableciendo esos niveles, los pacientes con depresión endógena deberían responder mejor al tratamiento farmacológico que los pacientes cuya depresión sea exógena.

La depresión endógena como melancolía

Históricamente, el término “endógeno” también ha sido utilizado como sinónimo de melancolía. La tradicional clasificación entre depresión melancólica y no melancólica establece que el primer grupo está bien definido y el segundo conformaría un grupo heterogéneo formado por los pacientes que quedan fuera del primero.  

En la última versión de la clasificación DSM-5 de la Asociación Americana de Psiquiatría la etiqueta “melancólica” aparece como un especificador, esto es, un término que añade una serie de características a los trastornos. Por tanto, de nuevo es importante señalar que la depresión melancólica no conformaría un trastorno como tal.

Una de las principales características de la melancolía sería la pérdida de reactividad del paciente ante estímulos placenteros, esto es, por ejemplo no le veríamos alegrarse al recibir buenas noticias. La melancolía también se refleja en la pérdida de placer por todas o casi todas las actividades que realiza la persona.

Además de todo ello, pueden estar presentes las siguientes características:

  • La experimentación de un estado de ánimo vacío (descrito en el DSM-5 como un desaliento profundo, desesperación y/o mal humor)
  • Despertares anteriores a la hora habitual, lo que reflejaría problemas relacionados con el sueño.
  • Empeoramiento del estado depresivo durante las mañanas.
  • Otros síntomas como agitación o retraso psicomotor, pérdida de peso notable y/o culpa excesiva o inapropiada.

El especificador de melancolía provee al diagnóstico de mayor gravedad en general. Sin embargo, como es lógico, los pacientes presentan una buena respuesta a la terapia electroconvulsiva (que consiste en la administración controlada de pequeñas corrientes eléctricas al paciente) y farmacológica.

Comentarios finales

La clasificación de la depresión en función de su causa podría tener ventajas de acuerdo a la elección del mejor tratamiento para cada caso concreto. Sin embargo encasillar las causas en un grupo (dejando los demás de lado) podría resultar reduccionista.

Por todo ello, las causas de cualquier depresión deberían ser tenidas en cuenta desde un marco biopsicosocial, esto es, que incluya tanto factores biológicos, psicológicos y factores relacionados con el entorno del paciente. De esta forma abarcaríamos mucho mejor la realidad de la persona y es que, probablemente, la causa de su depresión atienda a varios factores y sea multicausal.

REFERENCIAS:

Asociación Psiquiátrica Americana (2014). DSM-5. Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5-Breviario. Madrid Editorial Médica Panamericana.

Guadarrama, L., Escobar, A., Zhang, L. (2006). Bases neuroquímicas y neuroanatómicas de la depresión. Revista de la Facultad de Medicina UNAM. 49 (2)

Shorter, E. (2007). The doctrine of the two depressions in historical perspective. Acta psychiatrica Scandinavica. Supplementum. 115(433) 5-13

Iván Piquero
Psicólogo general sanitario y psicogerontólogo.