Cómo nos afecta el estrés Navideño causado por problemas auditivos

En los últimos años ha podido comprobarse que aquellas personas que están largo tiempo sometidas a elevados niveles de estrés son más propensas a sufrir problemas auditivos como los acúfenos o tinnitus, un fenómeno que se caracteriza por la percepción de sonidos, zumbidos, pitidos o golpes dentro del oído sin que estos procedan de ningún estímulo exterior.

Desde los centros auditivos y numerosos expertos advierten de que en la época navideña, con las compras de última hora, los gastos o las reuniones familiares aumentan considerablemente este tipo de patologías.

Generalmente los acúfenos se presentan en forma de episodios de duración variada, desde unos minutos a varias horas. En los casos más graves pueden darse durante días o semanas. Debido a que a su causa es el estrés, pueden ser más o menos duraderos y muy diversos en intensidad.

Un alto porcentaje de los adultos han experimentado o experimentarán situaciones de alta exposición a estrés y fases de ansiedad a lo largo de su vida . El cansancio o la falta de actividad física también influyen y figuran entre las posibles causas, junto con los sonidos de alta intensidad, los cambios hormonales, infecciones en los conductos auditivos o el consumo de algunos fármacos.

Entre las medidas que pueden ayudar a evitar la aparición de estos síntomas tan incómodos están intentar descansar habitualmente si percibimos que estamos sobrepasados por alguna situación que pueda generar nerviosismo y estrés. También eliminar el consumo de estimulantes del sistema nervioso como el café y controlar la hipertensión. Cualquier adulto puede ser un potencial paciente de acúfenos especialmente durante las fiestas.

Según los médicos, hasta un 75% de los habitantes de grandes ciudades y zonas comerciales padecen algún grado de pérdida auditiva. La causa directa es que las células responsables de generar la acción auditiva dejan de realizar la función que naturalmente le corresponde para producir el acúfeno.

El tráfico urbano, el aéreo, los electrodomésticos, la maquinaria pesada, los teléfonos móviles, auriculares, los centros comerciales, las discotecas o las salas de música, son estímulos a evitar si estamos padeciendo esta patología.  Por otro lado aquellos que sufren estas molestias tienden a entrar en un bucle del que es difícil salir, es la pescadilla que se muerde la cola.

Primero están sometidas a un alto nivel de estrés, lo que les hace más propensos a sufrir esta patología. Cuando finalmente la sufren empiezan a percibir sonidos, pitidos, zumbidos y a notar cierta presión en la cabeza y dificultad para oír, esto les lleva a padecer cierta ansiedad que a su vez, aumenta la producción de acúfenos. En gran medida esto puede deberse a que el estrés provoca gran tensión en los músculos faciales. Algunos se endurecen e implican también a los encargados de la mordida, lo que provoca que rechinen los dientes. Estos músculos están conectados de manera muy directa con ciertas estructuras del oído.

Para tratar  los acúfenos por estrés la recomendación médica es acudir a un centro auditivo desde la aparición de los primeros síntomas. Además, aprender técnicas de entrenamiento y relajación.

Psicocode
Portal web especializado en Psicología y Desarrollo Personal.