La Técnica de la Tortuga y el autocontrol en niños

La Técnica de la Tortuga ha sido empleada a lo largo de los años en el trabajo que se realiza con niños muy pequeños en consulta. El objetivo de esta técnica es trabajar la impulsividad y el autocontrol de los pequeños.

Algunas veces, cuando los niños se enfadan o algo no les sale como querían, tienden a actuar de manera impulsiva  y por lo tanto la respuesta que emiten puede catalogarse como desadaptativa dentro del entorno o contexto en el que ocurre dicha conducta. Ejemplo de ellas pueden ser: patadas, insultos, gritos…

¿En qué consiste la Técnica de la Tortuga?

Consiste en que se le cuenta al niño o niña en cuestión una  pequeña historia  que tiene como protagonista a una tortuga que también está viviendo la misma situación. En el cuento se le da a la tortuguita una estrategia o solución que de alguna manera le ayude a controlar sus problemas conductuales. Esa misma técnica se utiliza posteriormente con el niño pudiendo recordársela en el momento que así se requiriera.  Y así lo que vamos a hacer es establecer un tiempo entre que el niño se altera o se enfada, para que baje la intensidad  de las emociones.

Vamos a empezar a contar el cuento tal y como lo hace un profesional.

Se trata de una pequeña tortuguita llamada Manolita , que se mete en muchos problemas. Cuando está en el colegio y alguna tarea le sale mal, enseguida  siente mucha rabia y la rompe, cuando la regaña la profesora se enfada muchísimo, cuando está jugando en el patio y otro niño o niña la empuja sin querer, ella no se queda quieta y se defiende dándole/a una patada…

De tal forma, que toda  esta serie de conductas que realiza la tortuguita Manolita, le resultan muy tristes. Después de comportarse así se siente muy mal, experimenta sentimientos de culpabilidad pues piensa que hubiera sido mejor resolver su problema de otra forma en lugar de pegar o de insultar como lo ha hecho.

Toda esta situación le acarreaba a la tortuguita muchos problemas; la profesora la castigaba sin ir a jugar al patio, los compañeros no querían jugar nunca con ella… Por lo que Manolita se sentía muy triste y deprimida.

Un buen día, cuando Manolita  volvía a casa sintiéndose muy triste por lo que había ocurrido en su colegio, se encontró con otra tortuga muy grande. Aquella tortuga con muchos años de edad y por lo tanto muy sabia, le dijo:

– ¿ Manolita, no te das cuenta que la solución a todos tus problemas se encuentra en tu caparazón?. Cuando te encuentres con una situación a la que no sabes bien como hacer frente, debes  meterte en tu caparazón y contar hasta diez.

La pequeña Manolita,  al escucharla, pensó que tal vez sería una buena idea, y dijo que la próxima vez que le sucediera algo parecido seguiría el consejo que le había dado esa sabia tortuga.

Al día siguiente cuando llegó al colegio, así lo hizo.  Cuando sentía que se estaba enfadando porque los deberes que le había puesto el profesor eran muy difíciles y no le salían, se metía en su caparazón y contaba hasta diez, después se decidía a salir y lo veía todo diferente;  ya no estaba tan enfadada.

Cuando estaba en el patio del recreo jugando con sus amiguitos y estos la empujaban, para controlar esa rabia que la invadía, utilizaba la misma estrategia; se metía dentro de su conchita y contaba hasta diez. Cuando salía, ya estaba algo más calmada y no sentía tantas ganas de enfrentarlos.

Día tras día, la tortuguita Manolita ponía en práctica lo que le había dicho la tortuga mayor, y poco a poco tanto el profesor como los compañeros comenzaron a darse cuenta de su gran cambio de actitud; ya no rompía las tareas, no empujaba, no insultaba… Todo esto tenía beneficios muy importantes para el bienestar de la tortuguita, se sentía más feliz porque ya no tenía que soportar los regaños de los profesores, sus amigos querían jugar con ella y no la aislaban, sus papas estaban muy contentos con su nuevo cambio … La técnica de meterse en su caparazón y reflexionar durante unos instantes tuvo beneficios muy significativos para nuestra protagonista.

Como vemos, es una historia muy simple, que se puede adaptar como nosotros queramos en cada momento.

Con esta técnica, lo que se pretende es ofrecerle a los niños una estrategia que demore la respuesta, dicho de otra forma, es una forma de ganar autocontrol de manera externa, ya que los niños son bastante inmaduros emocionalmente a esas edades y por lo tanto les cuesta mucho manejar esa impulsividad.

¿A qué edades se suele aplicar la técnica de la tortuga?

La técnica de la Tortuga es apropiada para niños de edad preescolar y de primaria. La imagen de la tortuga es muy adecuada a partir de 3º y 4º. Algunos niños no pueden responden muy bien a esta señal, por lo que se hace imprescindible utilizar otra imagen, como podría ser la palabra “Stop”.  Lo importante no es la imagen que se utilice, puede ser una tortuga, un gato, un perro… Lo que realmente es significativo en lo que se refiere al plano conductual es el procedimiento de dicha técnica con el objetivo de conseguir el autocontrol.

Efectos de la Técnica de la Tortuga en el amor propio y autoestima de los más pequeños

El dominar muy bien la capacidad de autocontrol,  puede también ser muy significativo en otros planos emocionales como por ejemplo la autoestima o el amor propio.

  1. Son los propios niños los que están aprendiendo a controlar sus propias emociones y conductas sin tener algo externo que les obligue a hacerlo.
  2. No se perciben durante más tiempo del que ya lo han hecho como “ niños malos” al tiempo que su buen comportamiento contribuye a que estos reciban por parte del profesor del centro un feedback positivo.
  3. Experimentan sentimientos más maduros, puesto que están utilizando por ellos mismos la habilidad de Solución de problemas en lugar de dar rienda suelta a sus rabietas.

Otras aplicaciones de la Técnica de la Tortuga

La información que hasta ahora tenemos sobre la técnica, indica que la enseñanza de todas estas habilidades es mucho más efectiva y se interioriza de forma más rápida cuando se lleva a cabo de forma individual en una clínica en las respectivas sesiones junto con el terapeuta.  No solo es mejor para cada niño en particular, sino en el manejo de toda la clase. Esta técnica puede llevarse a cabo tanto en colegios de necesidades educativas especiales como también en colegios con régimen regular.  De igual modo, puede ser utilizado en el propio colegio por el profesor con el niño que lo considere oportuno.

Se ha visto, que esta técnica ha sido muy útil en la intervención con niños que padecen Trastorno de Atención con Hiperactividad.

Como ya sabemos, la característica que por ende define a un niño con TDAH es que siempre está en continuo movimiento, es incapaz de concentrarse, mantener la atención en el colegio o durante otras actividades extraescolares como puede ser ( ludotecas, talleres, manualidades, cuenta-cuentos…)Lo que se pretende al hacer uso del cuento de la tortuguita, es que los niños respondan a este  y no haya necesidad de aumentar la dosis de medicación que pueden estar tomando; o en algunos casos,  donde se guarda una visión más optimista, incluso que este tratamiento conductual sea suficiente para ayudar al niño a autocontrolarse  el mismo, sin  necesidad de recurrir a la farmacología o aguardando la esperanza de poder en algún momento llegar a prescindir de ella total o parcialmente.

Diana Rubio
Técnico en Integración Social. Psicóloga por la UNED