La aceptación de uno mismo como clave de salud emocional

Sí, soy un ser humano imperfecto que comete errores y tiene carencias, igual que tú. ¿Dónde está el problema? ¿Es que nadie te dijo que errar no es tan importante? De hecho, quizá sí que sea muy importante, pero para aprender de ese hecho y saber mejor qué camino escoger y cómo actuar la próxima vez, pero no es algo terrible como tendemos a pensar. Simplemente es algo natural, y lo natural, nunca puede ser malo.

Nos han enseñado, a través de la educación, a valorarnos a nosotros mismos y a los demás en función de los logros conseguidos, de nuestro estatus social, nuestro físico o de lo que los demás piensen acerca de nosotros. Cuando nos evaluamos y nos otorgamos valor en función de características y hechos externos estamos condenados al sufrimiento. En primer lugar, porque no hay nada externo que sea permanente: hoy eres guapo y tienes éxito con las mujeres, pero mañana sufres un accidente de tráfico y tu rostro queda desfigurado.

Hoy tienes un trabajo estable y una buena posición social y mañana lo pierdes todo. Por otro lado, si dependemos del exterior para considerarnos como valiosos, estaremos siempre muy presionados y ansiosos, buscando esa aprobación, esa posición, esa belleza tan anhelada, lo que nos puede llevar a obsesionarnos y pasarlo realmente mal, porque por otro lado, cuanto más consigamos, más necesitaremos y el ser humano es incansable con tal de engordar su ego, ¡qué agobio!

Las personas que buscan incansablemente su valor a través de lo exterior, en lugar de en su propio interior, aún no han comprendido que son valiosas por el simple hecho de ser un ser humano. Su valor ya quedó fijado el día que vieron la luz por primera vez y no depende de nada más. Toda la vida nos han querido vender lo contrario y al final nos los hemos creído.

Además, si todo es impermanente, ¿Qué ocurrirá el día que dejes de poseer todas esas cualidades externas? ¿Qué ocurrirá el día en el que dejes de ser guapa, o en el que ya no ejerzas tu profesión de ingeniero? ¿Ya no serás igual de válido? ¿Te convertirás en un gusano?

Tu valor como persona es permanente. Está ahí siempre, seas como seas y consigas lo que consigas en tu vida. Todos los seres humanos ya somos valiosos por el simple hecho de estar vivos y porque poseemos la maravillosa cualidad de amarnos entre nosotros y amar la vida y esto es lo realmente importante. Todo lo demás, no significa nada. Te puede dar satisfacción o placer por un tiempo pero para nada determina tu valía.

Si tienes este concepto claro, que eres una persona que a veces hace cosas bien y otras veces comete errores, serás por fin libre. Te quitarás esas pesadas presiones que impone la sociedad y disfrutarás mucho más de la vida, sin tener que demostrar nada ni a ti mismo ni a nadie, porque no hay nada que demostrar. Somos imperfectos y eso es algo maravilloso, porque nos hace humanos, ¿Es que no es estupendo ser un humano normal y corriente?

Habremos aprendido a aceptarnos incondicionalmente cuando podamos decir: Soy un buen médico, pero soy malo jugando al ajedrez. Tengo los ojos bonitos, pero mi piel está agrietada. Soy un buen marido, pero no he sido el perfecto hijo.

Aceptarnos con nuestras virtudes y nuestros fallos, interiorizando que fallar no es terrible, ni el fin del mundo, simplemente algo normal, y que tener cualidades o logros tampoco hace que seamos más valiosos que el vecino. Todos poseemos cualidades y defectos, pero ellos no configuran tu valor. Tú ya eres valioso por ser tú, por ser único e irrepetible.

Redacción
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