Competencias básicas e inteligencia

¿Qué es la inteligencia?

Diversos autores definen la inteligencia como “un potencial biopsicológico para procesar la información, que se puede activar en un determinado marco cultural para resolver problemas o crear productos que tienen valor para una determinada cultura”.

Según esta definición, la inteligencia no es algo que tengamos almacenado e inactivo, sino que debe estar en pleno funcionamiento para resolver problemas, proponer soluciones o generar ideas que sirvan para adaptarnos y funcionar con éxito en nuestro contexto.

Sin embargo, la inteligencia no es un único elemento que usemos en su totalidad en todas las situaciones en las que nos vemos envueltos. Cada situación al que nos enfrentamos tiene características únicas y requiere de nosotros una actuación concreta y, por lo tanto, una inteligencia concreta. De ahí que el ser humano goce de, nada más y nada menos, siete tipos diferentes de inteligencia:

Inteligencia espacial

Es la inteligencia que resuelve problemas y crea productos a través del uso de imágenes, formas, puntos o líneas. La información visual es la que mejor procesa.

Esta inteligencia nos ayuda a infinidad de cosas como: reconocer el mundo que nos rodea, dibujar, construir, ver la TV, comprender los mapas, jugar a juegos de mesa, resolver puzzles y rompecabezas, apreciar las obras de arte, orientarnos, hacer fotografías o conducir, entre otras muchas actividades de nuestro día a día.

Inteligencia corporal

Se trata de la capacidad para realizar actividades haciendo uso de diferentes partes de nuestro cuerpo. Para ello, es necesario que nuestra mente y nuestro cuerpo estén conectados de manera adecuada para realizar una actividad física perfecta. En este caso, el cuerpo es el canal de expresión de la mente.

Inteligencia emocional

La cual se divide a su vez en:

  • Inteligencia intrapersonal

Esta inteligencia hace referencia a como nos conocemos a nosotros mismos, lo que nos permite detectar y regular nuestros sentimientos.

  • Inteligencia interpersonal

Es la capacidad de entender lo que sienten los demás. También hace referencia a la capacidad que tenemos para relacionarnos con ellos.

Inteligencia Lingüística

Se trata de la inteligencia que hace uso de las palabras para resolver problemas. Hace uso de ellas para pensar y aprender.

Esta inteligencia nos ayuda a: conocer las palabras, leer, escribir, verbalizar con precisión lo que sentimos, entender lo que dicen los demás y resolver juegos de palabras, entre otros.

Inteligencia Matemática

Es la capacidad de resolver problemas a través de la manipulación de datos numéricos y del razonamiento lógico.

Inteligencia Musical

Se trata de nuestra capacidad para escuchar melodías en nuestra cabeza, tararear canciones, movernos al ritmo de la música, tocar un instrumento o inventarnos una canción.

Inteligencia Naturalista

Esta inteligencia la poseen aquellas personas que son especialmente sensibles hacia la naturaleza, que se preocupan por su conservación o que tienen un amor especial por los animales.

Además, algunos autores destacan la presencia de dos tipos más de inteligencia: la creativa (caracterizada por la fluidez, flexibilidad y originalidad) y la colaborativa (propia de aquellas personas que se desenvuelven bien trabajando en equipo).

¿Qué son las competencias?

Este concepto tiene su origen en el ámbito laboral e implica el aprendizaje de los conocimientos necesarios para desarrollar adecuadamente una profesión, por lo que está muy relacionado con la inteligencia.

Las competencias no son más que un conjunto de conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes, aprendizajes, condiciones emocionales, instrucciones, experiencias y pensamientos que se utilizan para tener éxito, lograr objetivos, realizar tareas y resolver problemas.

Al trasladar dicho concepto al ámbito educativo nos damos cuenta de que no implica solo hacer, sino que también hay que saber cómo hacerlo (aplicación del conocimiento). Por lo tanto, no vale con almacenar conocimientos, sino que debemos tener la capacidad de movilizarlos y darles el uso adecuado en cada situación.

¿Cómo se adquieren las competencias?

En primer lugar, es del todo necesario encontrarnos en un ambiente estimulante. Recibir el nivel de estimulación adecuado va a favorecer que desarrollemos nuestras funciones psicológicas básicas (procesos emocionales, cognitivos, comunicativos, perceptivos o motores). Para llegar a desarrollar las competencias, dichas funciones psicológicas básicas se combinarán con dimensiones psicológicas individuales (motivación, compromiso y participación, entre otras), lo que nos conducirá a la aplicación real y efectiva de nuestro conocimiento.

Una vez hemos establecido una conexión directa entre nuestro conocimiento y la realidad, seremos capaces de reinterpretar los contenidos. Dicho de otra manera, esta conexión permite el desarrollo de nuestras capacidades.

La manifestación de nuestras capacidades para manipular una realidad concreta nos llevará al desarrollo de nuestras habilidades (capacidad de poner en marcha un conjunto de procesos mentales y físicos para responder con la destreza suficiente ante situaciones concretas).

Además, para aplicar de manera adecuada nuestras habilidades necesitamos desarrollar un conjunto de estrategias. Estas nos servirán para analizar cada situación y elegir, de manera consciente, que habilidad es la más adecuada para alcanzar nuestra meta.

Por último, si somos capaces de, ante un problema real, movilizar de manera coordinada las estrategias que hemos creado para solucionarlo de manera eficaz, entonces habremos desarrollado unas buenas competencias.

Sin embargo, no vale solo con desarrollarlas. Toda competencia funciona gracias a componentes socioemocionales.

  • Debemos querer ponerlas en marcha. Necesitamos estar motivados para alcanzar nuestras metas.
  • Debemos actuar a partir de patrones éticos (desarrollando actitudes positivas hacia nosotros mismos y hacia los demás).
  • Para actuar de forma competente también es imprescindible manejar y regular de manera adecuada las emociones, tanto positivas como negativas, que el contexto y las demás personas (e incluso nosotros mismos) generar en nosotros mismos.

En suma, parece que los diversos tipos de inteligencia junto con unas competencias adecuadas forman el coctel perfecto para el buen desempeño del ser humano en todas las facetas de la vida (o casi todas).

Nacho Romero
Estudiante de Psicología por la Universidad Complutense de Madrid.