Cómo entender a los adolescentes

Al trabajar con padres y madres de adolescentes una frase que se repite con frecuencia es “Mi hijo o hija se ha convertido en un desconocido”. De ahí el título del presente artículo “Cómo entender a los adolescentes», Pienso que se adapta muy bien a la realidad de muchos hogares y a los sentimientos de muchos padres y madres cuando viven la adolescencia de sus hijos.

Con frecuencia no somos conscientes de que la adolescencia es una etapa de cambios y descubrimiento. En algunas ocasiones, a los ojos de los padres y madres los adolescentes son niños en el cuerpo de un adulto, y en otras ocasiones los ven como desconocidos que no son ni niños ni adultos. Tenemos que tener en cuenta que los cambios hormonales que se dan en esta etapa, provocan cambios muy importantes a diferentes niveles (físicos, psicológicos, sociales e intelectuales) y para asimilar todo esto se precisa tiempo.

Pero cuando los progenitores empiezan a ver que sus hijos se alejan de ellos, que no quieren compartir tiempo como antes, que tienen cambios de humor importantes, ¿qué ocurre? Que la preocupación y el miedo los invade. Ya no ven al niño que estaba a su lado hasta hace poco, el que les mostraba que los necesitaba, sino que ahora ven a una persona que está completamente aislada en su mundo.

Pero debemos entender que están aislados en su mundo con motivos, ya que tienen muchas cosas nuevas que asimilar y manejar, y deben que hacerlo en muy poco tiempo. La adolescencia es un periodo muy corto de nuestro ciclo vital. Por este motivo, cuando los hijos llegan a la adolescencia los padres y madres deben aprender junto a ellos a funcionar, a relacionarse y a comunicarse de otra manera, porque ya no son niños.

Por este motivo la adolescencia, en muchas ocasiones, se convierte en una época muy complicada en el hogar. Pero tal vez, más que los adolescentes, lo que se hace desconocido es la adolescencia en sí. Este es un fenómeno relativamente nuevo. Hace aproximadamente 40 años se empezó a hablar de la adolescencia, porque hasta entonces, sólo los hijos e hijas de las familias de alto estatus económico pasaban por esta etapa. El resto tenían que adentrarse en el mundo laboral a temprana edad, y empujados por la necesidad pasaban directamente de la infancia a la edad adulta.

Hoy en día, como consecuencia de los cambios sociales que se han dado en los últimos años está adquiriendo cada vez más importancia. Se han dado cambios muy importantes también en la estructura y el funcionamiento de las familias, se hacen las cosas de diferente manera, el cansancio y la falta de paciencia están presentes en el día a día de las mismas, hay menos supervisión, aparecen sentimientos de culpabilidad en los padres y madres, y todo esto dificulta el trabajo de poner normas y límites.

Mi objetivo principal es aportar algo de luz a este periodo que en ocasiones resulta tan duro, porque entender la adolescencia nos ayuda a entender a los adolescentes. Nuestros adolescentes tienen que hacer frente a grandes desafíos, desde el punto de vista psíquico vivimos en una sociedad mucho más exigente y esto tiene un efecto directo en su comportamiento, por ejemplo, soportan una transmisión mediática continua de la idealidad, la belleza, el estatus, el éxito, el poder, etc. y todo esto en una etapa llena de grandes cambios y desequilibrio personal.

Se está desarrollando su personalidad, se están dando cambios en su carácter, y asimilar todos estos mensajes que les llegan en esta etapa, es verdaderamente difícil para ellos.

Normalmente esta etapa que va desde la infancia a la edad adulta no suele tener muy buena fama. Se dice que los adolescentes lo tienen todo, y desde el punto de vista material, sí puede ser así en la mayoría de los casos, pero desde el punto de vista psicosocial son mucho más frágiles. Por este motivo se debe prestar especial atención y comprensión a los adolescentes, y esto debe hacerse tanto en las familias como los centros educativos.

Para entender la adolescencia, es necesario conocer los cambios que viven los adolescentes, para que la actitud que tenemos los adultos hacia ellos no sea más exigente de la cuenta, para no pedirles más de lo que pueden dar y para que nuestros caminos en la convivencia vayan a la par.

A continuación muestro los cambios más importantes o más significativos que se dan en la adolescencia, ya que estos definen sus características.

La trampa de la imagen: cambios físicos

En esta etapa el crecimiento se acelera de forma considerable y cambia el aspecto del cuerpo. Desde el punto de vista físico y fisiológico, se dan cambios mucho más rápidos y profundos que en etapas anteriores. Se dice, que pueden compararse a los que se dan en la fase fetal y en la primera etapa tras el nacimiento. Pero ahora los cambios físicos más importantes se dan en el tamaño y aspecto del cuerpo y de los órganos sexuales. Por eso, los adolescentes, pasan de tener un cuerpo de niño a uno de adulto en un corto espacio de tiempo.

Ahora tienen un nuevo cuerpo, externamente tienen un cuerpo de adulto, aunque todavía les queda un largo camino que recorrer para llegar a serlo. Existe un gran desequilibrio entre lo que parecen y lo que son realmente. El aspecto tiene una influencia muy grande, y por eso, se tiende a pedirles más de lo que realmente son capaces de dar, por la trampa que hace su nueva imagen física. Están recorriendo el camino hacia la edad adulta, ya no son niños, pero les queda mucho para adquirir y desarrollar las capacidades de los adultos.

Junto a estos cambios físicos, llega el desarrollo sexual. Los cambios físicos nombrados anteriormente son desencadenados por las hormonas. Al fin y al cabo, en esta etapa los jóvenes adquieren la capacidad reproductora, se hace presente el primer periodo y se inicia la producción de espermatozoides. A consecuencia de esto, el deseo sexual se hace muy fuerte. Y este es uno de los cambios más grandes, ya que empiezan a sentir cosas nuevas. Empiezan a tener las primeras “relaciones” de pareja, deseos, relaciones sexuales, desilusiones, complejos, etc. y si encima añadimos la presión social que deben soportar, el arduo trabajo de madurar, se complica.

Buscando su lugar en el mundo de los adultos: cambios psicológicos

Una de las características más importantes de la adolescencia es que llegan a la sociedad de los adultos y tienen que socializarse en ella. Desde el punto de vista psicológico se dice que los niños dejan de serlo, por un lado porque han crecido y han adquirido las características físicas de los adultos, y por otro, porque ahora buscan su lugar en ese desconocido mundo. Por este motivo, tienen que parecerse a ellos, pero al mismo tiempo tendrán que hacerles frente, para posicionarse junto a ellos. Pero el mundo de los adultos no acepta al adolescente como tal, porque lo considera inmaduro y falto de experiencia, pero al mismo tiempo el nivel de exigencia que se tiene con ellos no es el mismo que tenemos con los niños, sino que este aumenta de forma notable.

El adolescente para encontrar su lugar en la sociedad, tendrá que iniciar un nuevo camino para encontrar su nueva identidad como adulto, y al mismo tiempo adaptarse a ese nuevo cuerpo. Y esa nueva identidad será distinta a la de sus progenitores y los referentes que tiene a su alrededor. Por este motivo, en muchas ocasiones se posicionan en contra del adulto, pero no en contra de la persona en sí, sino en contra de lo que representa ese adulto.

Suelen tener juegos de cercanía y lejanía, tienen la necesidad del adulto, pero niegan tenerla. Suelen actuar como si lo supieran todo, y aquí es dónde entramos en juego nosotros. Nos corresponde hacerles entender que no es así, que el camino a la madurez es largo, pero debemos hacerlo sin dañar su frágil autoestima.

Además en esta época el grupo de iguales, adquiere gran importancia. Sentirse aceptados en el grupo social más cercano a ellos les ayuda a fortalecer su nueva identidad, por eso a partir de ahora toman un peso que hasta este momento no habían tenido.

En la construcción de su nuevo yo, en la construcción de esa nueva persona, suelen hacer pruebas, buscan los límites de las personas que los rodean, tanto físicamente como en lo referente a su personalidad, de ahí que tomen actitudes extremas, o radicales.

Cambios intelectuales

A nivel intelectual también es época de cambios. Adquieren la capacidad de argumentar y analizar, pero esto normalmente no coincide la forma de entender o analizar las cosas de los adultos, y en muchas ocasiones se considera que los argumentos que dan son un sinsentido.

Esto, debemos entenderlo como una práctica, están aprendiendo a ser adultos, y por este motivo es imprescindible que escuchemos lo que dicen. Cuando hablamos de escuchar, nos referimos a la escucha activa, que consiste en no hacer juicios ni valoraciones.

Sentirse escuchados les da confianza, sienten que pueden confiar en sus padres/madres. Y esta confianza es fundamental tanto para buscar apoyos cuando los necesiten, como para llegar acuerdos en las situaciones conflictivas que surgen como fruto de la convivencia.

Cambios sociales

En este periodo, la sociedad toma una importancia que hasta ahora no había tenido. Ahora son conscientes de lo que ocurre tras las paredes del hogar y de la escuela, y de los efectos que tiene sobre ellos. Descubren el mundo. Y hoy en día además más rápido y más extensamente que nunca, gracias a internet. Es verdad que la sociedad tiene influencia a cualquier edad, pero es muy diferente la que tiene en la adolescencia, porque para la sociedad los niños no tienen conciencia, pero los jóvenes sí.

Los adolescentes son conscientes de la presión de la sociedad, y muchas veces se sienten como actores, por un lado se dan cuenta de que pertenecen a esa sociedad y entienden cómo tienen que actuar o comportarse, pero por otro lado quieren entender lo que realmente ocurre en ella, y empiezan a plantearse muchas cuestiones.

Quieren descubrir si tienen que comportarse como la sociedad espera o no, ¿tengo que hacer lo que esperan de mí? ¿O tengo que hacer lo que yo considero correcto? Se mecen en una balanza constantemente.

Conclusiones

Todos estos cambios, tienen un efecto directo en el funcionamiento de la familia. Si entendemos lo que sucede en este periodo, si intentamos acercarnos a nuestros adolescentes, si les damos el espacio que necesitan para seguir creciendo y llegar a este mundo de adultos de la forma más equilibrada posible, tal vez consigamos borrar esa “mala fama” de la que goza este periodo.

La presencia de los progenitores es fundamental para un correcto desarrollo, encargándose de establecer normas y límites claros. Y el apoyo, la comunicación y la confianza mutua, se convierten en este periodo vital en la base de los cimientos sobre los que se construirá esa nueva identidad. Esa nueva persona.

Redacción
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