El principio de Pareto: Cómo hacer más con menos

El principio de Pareto explica que el 20% del esfuerzo que dedicas a una tarea en concreto, supone el 80% del valor de esa tarea.

Visto desde otra perspectiva: el 80% del esfuerzo que empleas en realizar una tarea tan sólo supone el 20% del valor de esa tarea.

Esto se conoce como el «Principio de Pareto» debido al matemático que lo descubrió, o más popularmente como «La regla del 80-20». Wilfred Pareto llegó a la conclusión de que la gente de su sociedad se dividía entre los «pocos de mucho» y los «muchos de poco», es decir, un 20% de la población ostentaba el 80% de los recursos, mientras que el 20% de recursos restante se lo repartía el 80% de la población.

Las cifras son arbitrarias y pueden cambiar dependiendo de dónde apliques el concepto. Donde mejor se cumple el principio es en los ámbitos de la economía y de la política.

Un ejemplo práctico con el Principio de Pareto

Pongamos un ejemplo con el esfuerzo invertido en una Práctica de Evaluación Continua que suponga 1 punto añadido a la nota final.

Suponiendo que hemos tardado 15 horas en realizar la práctica y que además hemos obtenido el punto completo, el principio de Pareto funcionará de la siguiente forma:

  • El 20% del tiempo empleado supone el 80% de la nota = 3 horas de trabajo supondrán 0,8 puntos del total de la práctica
  • El 80% del tiempo empleado supone el 20% de la nota12 horas de trabajo supondrán 0,2 puntos del total de la práctica

Seguro que te sorprenderás de que 12 horas de esfuerzo supongan tan sólo 0,2 puntos de la nota final. Este es el tiempo que perdemos divagando, tomándonos descansos, o perdiendo la concentración.

Por contrapartida, esas 3 horas que nos han dado el 80% de la nota ha supuesto un tiempo en el que nuestra concentración ha sido absoluta y nuestra productividad inmejorable.

El principio de Pareto no deja de ser una media del conjunto de la población. Y las medias como tales no se cumplen de manera exacta para casos individuales.

Personas con distinto grado de esfuerzo obtendrán resultados similares o incluso contradictorios. Por esta razón debes convertirte en uno de esos casos individuales en los que no se cumple el Principio de Pareto.

Trata de identificar aquellas partes de tu vida en las que el 80% de esfuerzo que haces sólo te reporta beneficios del 20% y trata de invertir la situación. Imagina que para realizar la Práctica del ejemplo hubieses mantenido el mismo grado de concentración durante el 100% del tiempo. Habrías necesitado exáctamente 3 horas y 36 minutos en terminarla y obtener el punto.

El siguiente video desarrolla estos puntos pero aplicados al estudio:

El principio de Pareto en la vida cotidiana

  • El 20% de las personas que conoces te reportan el 80% de satisfacción de tu vida. Por contrapartida el 80% de personas restante sólo suponen el 20% de satisfacción. Si tienes alguna duda al respecto puedes echarle un ojo a la cantidad de amigos que tienes en Facebook.
  • El 20% de los clientes de una empresa generan el 80% de ingresos. Es lo habitual cuando una empresa tiene unos  3 o 4 clientes grandes y una gran cantidad de clientes pequeños. En una situación así debes priorizar dónde invertir tus esfuerzos sin descuidar a ningún cliente. Es posible que uno de esos clientes pequeños algún día acabe recomendándote a un cliente grande.
  • Un profesor invierte el 80% del tiempo volviendo a explicar conceptos al 20% de estudiantes.
  • El 20% de las nubes generan el 80% de la lluvia.
  • El 20% de los trabajadores de una empresa producen el 80% del trabajo. (Algunas empresas incluso se rigen por «La regla del 10-90»
  • El 20% de los jugadores de un equipo de fútbol marcan el 80% de los goles. (Vease Cristiano Ronaldo y Benzemá en el Real Madrid o Messi y Neymar en el Barça)
  • El 80% de los días utilizas el 20% de la ropa que tienes en el armario.
  • El 80% de una conversación de chat sólo contiene un 20% de información útil para los interlocutores.
  • El 80% de las veces que estás preocupado por que algo pueda suceder, tan sólo acaba sucediendo el 20% de las veces.
  • El 80% de las veces que le sonríes a alguien, tan sólo un 20% de las veces no te devuelven la sonrisa.
  • El 80% del tiempo que navegas en Internet, sólo encuentras algo útil el 20% de las ocasiones.
  • El 80% del tiempo que dura una reunión, sólo sirve para que se tomen el 20% de las decisiones.

¿se te ocurre algún ejemplo más donde se cumpla la regla?

Isidro Migallón
Especialista en Marketing Online y psicólogo. Si tú también eres psicólog@ y haces click en mi nombre, descubrirás un regalo que te he preparado.