Pensar en la muerte puede mejorar tu vida

A priori podríamos pensar que pensar en la muerte nos puede conducir a un estado de depresión y pesimismo. Todos vamos a morir. Eso no es ninguna novedad. A pesar de eso, tratamos de no hablar del tema y lo consideramos casi un tabú.

Al dar el pésame decimos «Siento LO de tu padre» en lugar de «Siento LA MUERTE de tu padre». Ese «LO» sustituye a una palabra que evitamos pronunciar como si de un virus contagioso se tratara. Sin embargo, con el paso de los años he podido comprobar de distintas formas (en primera persona, o a través de noticias, etc) que la cercanía de la muerte ha provocado cambios positivos en la vida de algunas personas.

Seguro que has oído numerosos testimonios de personas que han estado a punto de morir (ya sea por accidente o enfermedad)  y han sobrevivido.

A partir de ese momento sus vidas sufrieron un cambio repentino a mejor. Comenzaron a preocuparse por las cosas verdaderamente importantes dejando de lado los problemas banales. El hecho de adquirir conciencia sobre la muerte les dió la motivación necesaria para atreverse a ser felices durante la vida. Les dió la fuerza necesaria para perseguir sus sueños. En definitiva, estar a punto de morir mejoró sus vidas.

Pensar en la muerte: Testimonios

Alguien que conozco acaba de superar un trastorno de ansiedad bastante serio que lo ha mantenido incapacitado varios años. A día de hoy está totalmente recuperado y aunque no haya estado realmente cerca de la muerte, sentía que estaba «muerto en vida».

Hace poco me confesaba que sufrir ese trastorno y superarlo es lo que por fin le ha hecho madurar. Esta persona tiene casi 60 años.

También me viene a la mente Steve Jobs y su famoso discurso inaugural en la Universidad de Stanford. De todo el discurso me quedo con las siguientes palabras.

«Cuando tenía 17 años leí una cita que decía «Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón». Esa frase me marcó y desde entonces, durante los últimos 33 años, cada mañana me he mirado en el espejo y me he preguntado: «Si hoy fuese el último día de mi vida ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy? Si la respuesta era «No» durante muchos días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo».

Steve Jobs no tuvo que esperar a padecer su famosa enfermedad para ser consciente de la muerte y aprender a tenerla presente en su vida. Era jóven y sano cuando escuchó la cita que le marcó. Y para bien o para mal, su trabajo durante los años siguientes revolucionó el mundo tal y como lo conocemos.

Pensar en la muerte: Evidencias científicas

Entonces … por un lado evitamos hablar de la muerte y la apartamos de nuestros pensamientos. Por otro lado la evidencia me demuestra que tener la muerte presente  mejora la vida de las personas.

Esto es lo que yo percibo y quizá esté equivocado. Sin embargo también hay evidencias científicas que confirman lo que digo. No voy a entrar en detallar el proceso de estos estudios. Me limitaré a exponer los resultados:

  • El recuerdo de familiares o amigos fallecidos provoca actitudes más sanas entre las personas, desde usar protectores solares, fumar menos o aumentar la frecuencia con la que se hace deporte.
  • La muerte aumenta nuestra predisposición a ayudar a los demás. Cuando nos encontramos en las proximidades de un cementerio es más probable que ayudemos de forma altruísta a un desconocido.
  • La conciencia de la muerte aumenta nuestra empatía y tolerancia hacia los demás. Tras los atentados del 11 de Septiembre descendió el índice de divorcios.

¿Entonces debemos ignorar la muerte o tenerla presente?

Creo que la muerte es parte de la vida y no podemos separar una cosa de la otra. Mi tía me decía hace poco que ella piensa en la muerte natural como un nuevo nacimiento que ocurre al final de nuestras vidas.

Nuestra existencia adquiere sentido si observamos la vida y la muerte como un continuo. Si le damos la espalda a la muerte viviremos una vida incompleta.

Isidro Migallón
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