El desmotivador: un vampiro emocional y motivacional

Toda empresa que se precie cuenta entre sus filas con un desmotivador. Son muchas las frases lapidarias que te ayudarán a reconocerlo: «A este paso llegamos a los 5 millones de parados» «La situación no mejora» «Para qué voy a esforzarme si el mundo se acaba en el 2012».

El desmotivador puede ser cualquier persona, desde tu jefe o un compañero de trabajo hasta el camarero del bar de la esquina. Podrás reconocerlo por su andar apesadumbrado, su mirada vidriosa y su espalda encorvada sobre la cual descansa el peso del mundo.

Cuándo le preguntas a un desmotivador cómo le va, te responderá que «tirando» o»aguantando el temporal». Yo, que siempre he tenido una mente muy visual, cuando escucho estas afirmaciones no puedo dejar de imaginarme al desmotivador tirando de una cuerda imaginaria en cuyo extremo se encuentra una roca enorme que permanece impasible ante los esfuerzos del desmotivador por seguir «tirando» hacia adelante.

También puedo visualizarlo al frente del timón de un barco luchando por mantener el rumbo fijo en medio de una gran tormenta que es la fuente de sus desdichas.

El desmotivador se alimenta de ti

El desmotivador se alimenta de la motivación de personas como tú que ya se encuentran motivadas. El desmotivador es un vampiro emocional que camina errante por el mundo a la búsqueda de nuevas víctimas a las cuales robarles la motivación.

Sin embargo esa motivación positiva que extraen de ti sufre una transformación en el interior del desmotivador y se convierte en motivación negativa que les ayuda a extender sus tentáculos de pesimismo cada vez más lejos.

La característica principal de un desmotivador es su sonrisa. Existe una contradicción entre el pesimismo de las palabras que salen de su boca y el gesto positivo de su rostro. Puedo asegurarte que la sonrisa del desmotivador no es consecuencia de la alegría por poder hablar un rato contigo, más bien es la alegría del cazador que sabe que ha encontrado una nueva presa.

Nunca verás a un desmotivador sonreir cuando nadie le mira. Sin embargo cuando se encuentra contigo sufre un cambio instantáneo. Tu mera presencia ya le está insuflando fuerzas. Notarás como su espalda pierde rigidez. Su mirada se concentra y sus pupilas se dilatan. Tú dudas entre correr o gritar. Sin embargo te quedas petrificado escuchando atentamente sus hipnóticas palabras y sintiendo cómo tu energía vital va abandonando tu cuerpo poco a poco, muy lentamente.

Si no estás lo suficientemente preparado, un encuentro con un desmotivador puede ser devastador y dejarte completamente agotado sin ninguna fuerza para realizar el resto de actividades que tenías programadas. Trata de identificar a los desmotivadores y adelántate a ellos construyendo un muro a tu alrededor que impida que la motivación salga de ti.

Cuando te encuentres con un desmotivador obsérvalo como el espectador de toros que contempla el espectáculo detrás de la barrera protectora. Dentro de esa barrera te sientes seguro y los tentáculos del desmotivador ni siquiera pueden rozarte.

Cuando un desmotivador te diga que va «tirando», no dudes en responderle: «pues yo estoy genial». Asistirás al nacimiento de la duda y la desorientación asomando por un instante en su rostro. No te sientas mal por dar este tipo de contestaciones.

En realidad te estás ayudando a ti mismo y también estás ayudando al desmotivador a salir poco a poco del circulo vicioso en el que se encuentra atrapado. No olvides que eres lo que escuchas, y la única persona que escucha constantemente las palabras que dice el desmotivador es el propio desmotivador.

Ante esta situación lo mejor que puedes hacer por el desmotivador es contraatacar con respuestas como las que he comentado antes. Seguro que la próxima vez que se encuentre contigo escogerá cuidadosamente sus palabras. Ese será el primer paso para ayudar al desmotivador a romper su dinámica y cambiar la percepción del mundo que le rodea. En ese momento comenzará a convertirse en un motivador.

Isidro Migallón
Especialista en Marketing Online y psicólogo. Si tú también eres psicólog@ y haces click en mi nombre, descubrirás un regalo que te he preparado.