El miedo al futuro y la acumulación de objetos

El número de objetos que entra cada año en un hogar es infinitamente superior al número de objetos que salen. No hay mas que echar un ojo a la casa de unos recién casados y compararla con la casa de un matrimonio de mediana edad.

Todo esto me ha llevado a reflexionar acerca de la acumulación, cosa que nunca me había planteado hasta ahora. He llegado a la conclusión de que las personas acumulamos objetos principalmente por dos razones:

1. No queremos olvidar el pasado

Muchos de los objetos que acumulamos tienen un significado especial para nosotros. Nos recuerdan a cierta persona que conocimos o a aquellas vacaciones en las que tanto disfrutamos. Personalmente me gusta mucho viajar y cuando tengo la oportunidad trato de hacerlo a países de los que consideramos «exóticos». El problema de elegir estos destinos es que compro muchos objetos simplemente por pensar que en España no los encontraría.

Otro gran repertorio de objetos que abunda en nuestras casas son los regalos que hemos ido recibiendo cada año por nuestro cumpleaños o en Navidad. Aunque no suene políticamente correcto decirlo, un gran porcentaje de estos regalos los tenemos únicamente como adorno y núnca llegamos a darles la utilidad para la que fueron creados.

Deshacernos de los recuerdos vacacionales o de los regalos para los que no encontramos utilidad puede ser algo muy costoso. Debemos entender que tan sólo son objetos y no representan a las personas con las que están relacionadas. Seguir manteniéndolos en nuestra casa es vivir en el pasado sin dejar espacio para disfrutar del presente.

2. Tenemos miedo al futuro

Muchas veces acumulamos objetos «por si acaso». Tenemos miedo a no estar preparados para el futuro y acumulamos todo lo que cae en nuestras manos. Pero lo cierto es que nunca podemos estar preparados para el futuro.

El futuro es incierto y no podemos controlar lo que nos depare. Pierdes peso, adelgazas y la ropa se te queda grande. En lugar de donarla prefieres guardarla «por si» el día de mañana vuelves a aumentar de talla. Pasan los años, engordas y no quieres ponerte una prenda que ha pasado de moda o simplemente no te apetece ponerte unos pantalones que has estado viendo colgando del armario cada día de los últimos diez años. Por no hablar de la ropa que pasa de moda y la guardamos «por si» el día de mañana vuelve a estar de moda.

Si llega el futuro y no estás preparado no pasa absolutamente nada. Te adaptas y sigues hacia adelante. El futuro es un concepto imaginario que no acaba de llegar nunca porque en realidad siempre está llegando. El futuro llega a nosotros cada día, cada semana y cada mes. Y normalmente lo hace cargado de sorpresas inesperadas. Seguro que no pasa una semana sin que tengas un gasto imprevisto, por pequeño que sea, y sin embargo resuelves el problema. Te adaptas y sigues hacia adelante.

Es cierto que guardar ciertas cosas nos puede evitar volver a hacer algún gasto en el futuro. Sin embargo debes valorar si merece la pena quitarle espacio a tu hogar durante años con el fin de (quizá) ahorrarte unos euros el día de mañana.

Personalmente lo que más tiendo a acumular por miedo al futuro es la ropa. Tengo un par de abrigos gruesos de deporte que se me han quedado enormes y sé que nunca me los voy a volver a poner. Mi hermana, que es lo opuesto a mi en ese sentido, siempre me pregunta que porqué no los tiro. Yo, medio en broma, suelo responderle que quizá en el futuro haya una guerra y me sirvan como abrigo para ir al campo a cazar conejos para alimentarnos.

Probablemente esta respuesta se derive de mi gusto por las películas apocalípticas junto a las historias que me contaba mi abuela sobre la posguerra y su carencia de bienes básicos. Mi hermana continúa su cruzada y le llega el turno a mis corbatas viejas, a lo que yo cedo diciéndole que éstas sí que puede tirarlas. Entonces aparece mi cuñado, cual salvador, para explicarme que ante una guerra siempre puedo utilizar las corbatas para hacer improvisados torniquetes.

Sirva esta conversación familiar para ejemplificar que allí donde haya un futuro incierto siempre trataremos de generar una respuesta tranquilizadora. Y muchas veces esta respuesta se traduce en la acción de acumular.

Isidro Migallón
Especialista en Marketing Online y psicólogo. Si tú también eres psicólog@ y haces click en mi nombre, descubrirás un regalo que te he preparado.