La vida está llena de momentos y oportunidades

Cerebro nuestro que estás en la cabeza: nunca volverás a vivir este momento. Nada se repetirá exactamente igual, lo quieras o no, aunque maldigas la rutina, aunque adores la rutina, aunque te quejes del mundo, de la crisis, del tiempo, de tus amigos, de tu pareja, de tus padres, de tus hijos…. Nada volverá a ser como este momento. Serán otros, si llegan, serán diferentes, mejores o peores, quién sabe, si llegarán. Quién sabe, si echaras de menos este ahora.

Quizás no es fácil entender la nada, la desaparición, convertirse en un cuerpo inerte o en ceniza. Morir, al fin y al cabo. Pero que no sea fácil no significa que no sea cierto. El mundo está lleno y vacío a la vez de todos los que han muerto hasta ahora. Puede que sea la única verdad universal, que nacemos y morimos.

No se debería desperdiciar la vida, no se debería malgastar demasiado tiempo en pesares, no se deberían rechazar planes que nos apetecen, no se debería pensar demasiado en un futuro que nadie nos asegura que veamos, no se debería encerrar todas las ganas dentro cuando se pueden expandir, abrirlas y soltarlas al mundo, escribiendo, corriendo, cantando, pintando, tejiendo, amasando, bailando, riendo, aprendiendo, amando, cualquier gerundio que nos haga sentir bien.

Tenemos poderes, que a veces no recordamos, por eso no los usamos:

  • Se puede hacer la promesa de encontrar razones para reírse cada día, para agradecer nuestra estancia en el planeta, para respirar, emocionarse y quererse. Espantar los demonios con alegría. Si no crees en ellos, no existen, así de sencillo.
  • Puedes vivir como quieras. Sin importarte lo que piensen los demás, sin necesitar que te reconozcan tus logros. Los demás no están en el mundo para colmar tus expectativas ni para estar pendiente de tus progresos. Ellos también están viviendo su vida.
  • Puedes disfrutar de la vida, buscar cosas que te hagan sentir, puede ser contemplar un amanecer, ponerte en un escenario, leer un cuento, vivir una novela, salir a pasear, reír, tomar un té, conversar con alguien, presenciar tu soledad, salir de fiesta, llamar a alguien que hace tiempo que no ves, hacer el tonto, atreverte a hacer algo que nunca has hecho, algo divertido.
  • Puedes abrir tu mente. Intentar entender cosas que no has entendido hasta ahora. Ver desde miradas diferentes.
  • Casi nada es terrible. Podríamos grabar eso en la cabeza y así nos sentiríamos menos ansiosos. Se puede ser feliz con mucho menos de lo que tenemos.
  • Puedes ser el capitán de tu alma, el piloto de tu destino. Y volar. Hacia donde quieras. Aprender a manejar tus emociones, vivas las circunstancias que vivas. Y ser como quieras ser.
  • Las cosas malas que te pasaron no te afectarán toda la vida. Lo que te pasó, ya no te pasa. No te recrees más en aquello que pasó. Este momento es tu vida.

El mundo no siempre es como a ti te gustaría, no fue creado para hacerte feliz a ti, no sabemos muy bien porqué fue creado, ni para qué, ni cuándo fue el principio, ni cuándo será el final, estamos en medio de un universo que quizá sea infinito, por eso no nos resulta fácil entendernos, porque es algo complejo. Pero la vida ofrece tantas cosas… tantas oportunidades… a quien sabe verlo.

En realidad el mundo entero es como un milagro. Quizás no existan soluciones perfectas para los problemas, quizá nunca sea todo perfecto, pero ¿qué más da que no lo sea? No existen calcetines naturales para nuestros pies. Son artificiales, inventados, como tantos millones de cosas. Y a veces, nos frustra tener tantos millones cosas y darnos cuenta que no necesitamos nada de eso para poder sentirnos bien, tan sólo dar un buen uso al cerebro nuestro que está en la cabeza.

Carmen Calero
Psicóloga sanitaria.