Cómo aprender a disfrutar de cada momento

Hace unos meses, en uno de los talleres que imparto, una de las participantes compartió con el resto que estaba superando una enfermedad, estaba muy contenta porque prácticamente se había recuperado del todo, pero lo que me dejó marcada (y creo que al resto de los participantes también) es que nos dijo que cuando le habían diagnosticado la enfermedad había decidido empezar a disfrutar de la vida, porque no sabía si se acabaría próximamente…y que desde que había empezado a hacerlo era mucho más feliz. Y yo pensaba, ¡qué mujer más valiente! Y por otro lado, ¡qué pena que nos tengan que pasar cosas duras o difíciles para empezar a valorar la vida y disfrutarla!

Y para hacerlo, creo que uno de los puntos más importantes y que solemos tener en las tareas pendientes es: disfrutar del presente.

Por lo general, nos pasamos el día (la vida) pensando en lo que pasará mañana, el fin de semana, las vacaciones, etc. y cuando llega ese momento pensamos en el siguiente, o en el pasado (aquel primer día de las vacaciones, ¡qué lejos queda!) y mientras tanto, a lo que ocurre en el día a día no le damos ningún valor ni importancia (si acaso sólo nos quedamos con lo malo, con el madrugón, el jefe borde, las tareas del hogar, las obligaciones…)

Pero, por seguir con el ejemplo de las vacaciones, si sólo nos centramos en visualizar ese momento, en qué sólo podremos ser felices esos quince días dentro de seis meses…¿qué pasa con el resto del tiempo? ¿Vamos a ser infelices? ¿Vamos a ir sobreviviendo sin más en espera de que lleguen esos días?

Lo cierto es que es un desperdicio de días, de tiempo, de vida… ¡cómo si el tiempo fuera infinito! pero muchas veces nos metemos en esas dinámica y en lugar de VIVIR vamos sobreviviendo. ¡Qué gran error! ¡Con la cantidad de cosas, momentos, gestos, que nos regalan cada día y nosotros sin darles el valor que se merecen!

Llegados a este punto habrá personas que piensen que su día a día es muy complicado y que las cosas no son tan fáciles…por supuesto que la vida no es fácil, pero está en nuestras manos decidir cómo nos queremos enfrentar a ella, y lo cierto es que incluso con vidas y situaciones difíciles (como el ejemplo con el que empezaba el artículo) hay personas que aprenden a disfrutar cada instante del presente, cada momento que les regala la vida, es una cuestión de actitud.

Y entonces… ¿qué podemos hacer para poner todo esto en práctica? Te voy a dar algunos ejemplos pero seguro que a ti se te ocurren muchos más:

  • Dirige tu atención hacía las cosas y momentos buenos que te ofrece el día a día. En este apartado cada uno visualizará unas cosas, pero por ejemplo: despertar por la mañana al lado de la persona que quieres, desayunar en casa de un familiar, una sonrisa de un compañero, pasar un rato con los amigos después de trabajar, salir a correr, el paseo con tu perro, llegar a casa por la noche y hablar con la familia de lo que ha pasado en el día, ver una película, etc. ¡qué de cosas pasan de largo si no les prestamos la atención que merecen! Pero si no las tuviéramos seguro que las echaríamos de menos, ¿no crees?
  • Busca la forma de sacar lo bueno incluso de las cosas que no te gustan. Por ejemplo si estás estudiando o si tienes un trabajo que no te motiva demasiado… si de todas formas tienes que hacerlo, ¿por qué no buscar el lado positivo? Por ejemplo la recompensa que vas a obtener por hacerlo, o para lo que te va a servir (para poder tener un trabajo mejor, o para pagar la hipoteca, etc.). También puedes elegir concentrarte en la tarea que estás realizando, no sólo para hacerla mejor, sino porque mientras estás concentrado en la tarea, todos los pensamiento negativos se esfuman y vas a sentirte mucho mejor.
  • Busca actividades o tareas que te hagan sentir bien y que puedas hacerlas con cierta frecuencia. Hacer deporte, ir al cine, quedar con los amigos, pasar el día con la familia en el campo, pintar, bailar, escribir… Se pueden hacer muchas cosas que nos hagan sentir bien, que nos permitan relajarnos y no es necesario esperar a las vacaciones para poder hacerlas.
    • Aprende a identificar los pensamientos negativos. Como comentaba en el post anterior,  está en nuestras manos elegir los pensamientos, la interpretación de las situaciones, y dependiendo del camino que elijas te sentirás de una forma u otra.

Todas estas cosas requieren de práctica (más práctica si no estás acostumbrado a hacerlo), pero con el tiempo lo harás de manera automática, sobre todo porque el esfuerzo merece la pena.

Vida no hay más que una (por lo menos que sepamos) así que ¿por qué no vivirla al máximo, disfrutando, siendo lo más feliz que puedas y sacando partido de cada experiencia?

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