Atrévete a tomar decisiones: La metáfora del pez y la pecera

Cuando nacemos, somos como un pez dentro de una pecera, nos van cuidando y alimentando y vamos creciendo progresivamente.

Hasta ahí todo correcto, pero llega un momento en el que el pez crece y la pecera se le queda pequeña… Y ahora ¿qué?

A grosso modo, ocurren diversas situaciones

  1. El pez que no se da cuenta de que su pecera se ha quedado pequeña.
  2. El pez que se da cuenta, pero por miedo, comodidad, etc, prefiere seguir en ella.
  3. El pez que se da cuenta y analizando sus opciones opta por cambiar a otra pecera algo mayor, que cubra sus necesidades actuales.
  4. El pez que se siente agobiado en esa pequeña pecera y cambia directamente a un entorno de libertad y sin límites, cómo por ejemplo, un mar.

A los seres humanos, nos pasa como a estos peces, y nuestra vida transcurre según las decisiones que vamos tomando a lo largo de nuestro camino.

Vamos a detallar cada uno de estos casos, para observar qué tipo de vida lleva cada uno de estos peces:

El pez número 1 que por circunstancias de la vida no es consciente de que su pecera se le ha quedado pequeña y vive, con más o menos sufrimiento, con lo que le ha tocado vivir. Podríamos decir que este pez vive RESIGNADO.

El pez número 2 es consciente de que se va chocando constantemente con las paredes de la pecera y siempre está protestando y quejándose de la mala suerte que tiene, pues le ha tocado vivir en un lugar que detesta pero del que no se atreve a salir por los motivos que sean. Este pez, diríamos que vive como una VÍCTIMA y en constante juicio.

El pez número 3 es consciente de que su pecera se le ha quedado pequeña y analiza sus opciones y sus necesidades, para encontrar una que se le adapte al momento presente. Este pez, aunque tenga dudas de si acertará o no con su elección, se atreve a dar el paso para conseguir lo que él necesita. Diríamos que este pez vive TOMANDO DECISIONES, analizadas y meditadas.

Y por último, está el pez número 4, el cual decide cambiar la pecera por otro espacio sin ningún tipo de límite, fruto de su agobio y sus ganas de sentirse libre. Este pez, es consciente de su malestar, se queja pero actúa, aunque, sin pensar en las consecuencias. Este pez podríamos decir que vive de manera IMPULSIVA y tomando decisiones sólo con el fin de huir del hastío de su vida.

Una vez analizados estos supuestos, me surgen varias preguntas:

  • ¿Te reconoces en alguno de ellos?
  • En caso de que te reconozcas y no hayas tomado ninguna decisión al respecto… ¿Te atreves a dar el salto?
  • Si eres cómo el pez número 4, ¿has aprendido algo de las decisiones que has ido tomando a lo largo de tu vida? Y si no es así, ¿crees que podrías parar para analizar la situación y tomar decisiones de manera menos impulsiva?

Actualmente, me reconozco como el pez número 3, aunque he estado tiempo viviendo como un número 1.

La capacidad de cuestionarme las cosas, y ver si estoy donde quiero estar, es lo que me ha permitido atreverme a dar saltos en mi vida y seguir dándolos siempre que sea necesario.

Así que, si no te has parado nunca a pensar, si estas dónde quieres estar y vives como quieres vivir… ¿A qué estás esperando? DA EL SALTO!!

Inma Dominguez Gil
Psicóloga por la Universidad Jaume I de Castellón.