La Autolesión no es una Broma

No es un tema para tomárselo en broma. Cuando hablamos de autolesión, sabemos a qué nos referimos. No es una patología. Es un medio de expresión. Esa persona se infringe daño para poder expresar un malestar emocional que no se siente capaz de expresar por otros medios. Hay una estrecha relación entre emoción negativa, dolor y alivio. Los medios que más se utilizan suelen ser cortes o punzadas, arañazos, quemaduras y golpes con objetos contundentes.

¿Quiénes tienen más riesgo de caer en este tipo de prácticas? Este es el perfil:

  • Ser mujer y adolescente.
  • Tener poca autoestima, o una imagen distorsionada del cuerpo.
  • Pocas habilidades sociales, o sensación de exclusión.
  • Un alto nivel de neuroticismo como rasgo de personalidad.
  • Sufrir algún trastorno psicológico.

¿Qué se pretende con la autolesión?

Si no tienes ninguna de estas características, o si las tienes, no te sientes en riesgo de autolesionarte, puedes respirar tranquilo. Seguramente tu siguiente pregunta será: ¿Por qué? ¿Qué buscan estas personas en la autolesión? Cada persona es un mundo. Pero estos son los principales motivos:

  • Para llamar la atención. Posiblemente, la decisión más inmadura. Las personas que se autolesionan para llamar la atención, lo hacen sobre todo para manipular a otras personas, o como amenaza.
    • Infringirse. Las personas con tan poca autoestima hasta el punto que se odian a sí mismas, pueden autoflagelarse con el fin de enmendar el mal que concierne su propia existencia. O eso, o encuentran en el dolor el castigo justo a males que no se perdonan a ellos mismos.

  • Evadir el malestar emocional. Posiblemente, el más común. Esta es la lógica de, si te duele la mano, rómpete una pierna. El dolor está por encima de cualquier sensación corpórea, o mental. Al sentir dolor, frenamos cualquier tipo de pensamiento para centrarnos en el daño. Por eso se convierte en una buena manera de controlar ciertos estados mentales.
  • Conductas para-suicidas, o tanteo del terreno. No significa que todo aquel que se autolesione tenga tendencias suicidas. Pero al menos un 15% sí lo suelen tener. La autolesión se convierte como un ensayo antes de cometer el acto. Con ello, prueban qué sienten ante esa situación.
  • Asumir el control en situaciones que nos sobrepasen. Pongo como ejemplo, las chicas con anorexia nerviosa que tienden también a la autolesión. Las conductas dañinas hacia uno mismo pueden infundir sentimientos de autocontrol, cuando sentimos que no tenemos control de nada a nuestro alrededor. No puedo controlar el exterior, pero sí mi propio cuerpo.
  • Y por último, sentimientos de vacío crónico. Como pueden ser las personas que sufran un bloqueo emocional, o anhedonia. Ante la necesidad de sentir algo, estas personas se infringen dolor para tener alguna sensación, para sentir que siguen vivos.

¿Cómo actuar ante un caso conocido de autolesión?

Si te sientes identificado con algún apartado, o conoces a alguien de la que sospeches se autolesione, seguramente ahora te estés preguntando: ¿Y qué hago para ayudar? ¿O qué hago para dejar de hacerlo?

Para ayudar, lo mejor siempre es dejar que la otra persona se exprese, sin juzgar. Sin caer en tópicos como los siguientes:

  • Las personas que se autolesionan son masoquistas.
  • O los que se autolesionan han sufrido abusos de pequeños.
  • Lo hacen para encajar o ser populares.
  • O son cosas de la edad, y eso se pasa.
  • O todos los que se autolesionan tienen trastorno límite de personalidad.
  • O si la herida no es grave, entonces no hay problema.

Nada de lo anterior es correcto. Prejuzgar lo único que hará será que el chico o la chica se cierre más en sí mismo.

Y si eres la persona que quiere dejar de tener estos hábitos, hay una serie de trucos o consejos que puedes usar como sustitutivos de la propia lesión:

  • Como por ejemplo, usar otros medios que sustituyan a la lesión, como es pintarte con bolígrafo rojo cada vez que quieras cortarte. O Vendarte la parte que quieras lesionar. Hacer la herida con maquillaje.
  • Desahógate sin heridas. Como gritando o haciendo mucho ruido con un instrumento musical. Golpeando una almohada o un saco de boxeo. Apretando fuerte un cubo de hielo con la mano. Haciendo ejercicio intenso durante un corto tiempo. O come algo muy picante.
  • Y la tercera vía, exprésate como puedas. Habla con alguien que sepas que sea lo suficientemente sensible para escucharte. Lleva un diario. Pinta o dibuja lo que sientes. O escribe cómo te sientes en un papel, y luego rómpelo.

¿Estoy destinado a autodestruirme?

Con lo anterior, al menos, podéis empezar a controlar vuestro estado interno. Pero, el auténtico consejo, aquello que deben hacer los que quieran ayudar; lo que realmente debéis hacer, aunque no queráis, es buscar ayuda de un profesional. La autolesión es un síntoma muy grave, y no hay que tomárselo a la ligera.

Pasad por encima de vuestra vergüenza y de vuestro remordimiento. Aceptad vuestras emociones y aprended a expresaros de otras formas. Tenéis todo el derecho del mundo a sentiros mal. Sois humanos. Todos lo hacemos. Pero os debéis el buscar la forma de sentiros bien sin recurrir a las heridas.

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Alvaro Trujillo
Lic. en Psicología y Técnico en Coaching Motivacional.